DOMINGRILLA POR FRANCISCO CHIQUETE

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De nuevo retumban las agresiones; manifestaciones pro Batman; Desánimos, destapes y Pucheta

FRANCISCO CHIQUETE
Es obvio que un carnaval no hace verano.
El resultado irreprochable de las fiestas carnestolendas de Mazatlán hizo concebir esperanzas: ya le encontraron la cuadratura al círculo, dijeron algunos y se aprestaron a repetir la experiencia en Culiacán, donde insisten en que se reviva la casi extinta vida nocturna.
El primer fin de semana salió técnicamente bien: ningún negocio fue asaltado o extorsionado; no hubo ejecutados ni en los restaurantes ni el el camino de regreso a los domicilios de los parroquianos. Éxito completo, se proclamó, y para este fin, los dueños de negocios en el Paseo del Ángel, calle eminentemente restaurantera y antrera, pidieron ser considerados centralmente en el operativo de protección y disuasión.


Hasta hubo voces optimistas que se animaron a proclamar acuerdos que permitiesen recuperar la convivencia tranquila, pero no. Al tiempo que se respetaba el regreso de la vida nocturna, en Culiacán se desató nuevamente el terror para la vida diurna, con balaceras e incendios de casas y residencias, con ejecuciones y desapariciones cercanas en número a las de aquellos meses aciagos de septiembre y octubre.
De nuevo las escenas de nuestras escuelas con alumnos y maestros tirados pecho a tierra volvieron a circular por todos los noticieros televisivos del país y por las redes sociales, en una retroalimentación que no nos da tregua.


Otra vez hubo una voz de la imbecilidad que minimizó la leva en centros de rehabilitación. Los muchachos se fueron por voluntad propia, se dijo. Fueron invitados, en efecto, pero con armas en la mano.
El enfrentamiento entre las dos fracciones del Cártel de Sinaloa no parece tener fin, y las autoridades no se ven en condiciones de frenarlo, por más que se ha ampliado el radio de acción de los operativos, con decomisos importantes por el sur del estado.

DOS CAMPAÑAS
YA ENFRENTADAS
Los madruguetes en Morena están a todo tren. Si los seguidores de Andrés Manuel López Beltrán ya ni siquiera guardan las formas ante la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, los de otro aspirante ya empiezan a asomar la cabeza, aprovechando escenarios impensables.
Muy pocos medios lo notaron, pero durante la concentración de respaldo a la presidenta por las broncas que nos genera Donald Trump, hubo un sector del público, pegado a la fachada de Palacio Nacional, que desplegó unas banderas con los colores de Morena, pero en lugar del logotipo correspondiente, llevaban una imagen con fondo amarillo: la batiseñal, el emblema de Batman, que también tuvo una efigie de buen tamaño en esa parte del zócalo.


Aunque la presidenta no ha mandado un indicativo y por el contrario, se deshace en elogios y defensas al expresidente Andrés Manuel López Obrador, por lo menos está dejando hacer “travesuras” como esa. Incluso hay quienes creen que esas banderas motivaron el ostensible agrupamiento de los coordinadores legislativos y otros cuadros de AMLO, terminaron por despreciar el paso presidencial a sus espaldas.


Estas banderas no son la única acción de una eventual campaña o precampaña a favor del héroe de Ciudad Gótica. Cuando se realizó en Sinaloa el primer megadecomiso de fentanilo (ese que en México no existía) una asociación ignorada pagó posteos en Facebook para divulgar la hazaña como un gran logro del secretario de Seguridad del gobierno federal.

Debemos recordar que al momento de hacer las consultas para definir la candidatura morenista al gobierno de la Ciudad de México, Omar García Harfuch apareció con una ventaja muy importante sobre su más cercana perseguidora, la jefa delegacional de Iztapalapa, Clara Brugada, y fue necesario que el presidente en turno -AMLO- interviniese para frenar las aspiraciones de García Harfuch, bajo el pretexto de respetar la equidad de género.

Entonces no es peregrina la idea de quienes desde ya se mueven para generarle un marco y una proyección que puedan ponerlo a competir con el hijo de Ya Saben Quién.

ESPERANZADOS Y
DESESPERANZADOS
Algunos de los enemigos internos del gobernador Rubén Rocha Moya han empezado a perder la esperanza de que en efecto, desde Palacio Nacional le avisen que “muchas gracias por participar”. En la Cámara de Diputados, por ejemplo, el grupo que encabeza Alfonso Ramírez Cuéllar ya parece haber dejado de insistir en que el cambio le sería benéfico a Morena.


Lo mismo por el lado de la senadora Imelda Castro, quien la ha jugado más conservadoramente. Tere Guerra ha llegado a soñar con ser una solución negociada, aunque ha preferido respaldar a Rocha sin hacer grupos, sólo esperando. Enrique Inzunza Cázares por supuesto, prefiere que Rocha llegue al final de su mandato y de ser posible que se recupere, para que pueda seguirlo impulsando.

Quienes no quitan el dedo del renglón son el diputado Jesús Ibarra y el alcalde Gerardo Vargas Landeros. Este último ha adoptado como propio aquel dicho que le pescaron a Jesús Aguilar Padilla cuando era gobernador: por arriba la política y por abajo ¡bolas!
No son los únicos que padecen calenturas anticipadas.
En el PRI hubo quien se atrevió a hacer un destape de la Senadora Paloma Sánchez Ramos, precisamente para la gubernatura.
Seguramente hicieron un análisis profundo del carisma que proyecta la joven legisladora, de la intensa actividad que ha desarrollado a favor de las familias sinaloenses, de los grandes logros y de las trascendentalísimas propuestas que ha llevado a la tribuna senatorial. Tendría que haber sido una broma, pero no, lo dijeron en serio.
Por eso están como están.

SIN PADRINAZGO
Quienes andan gustosos son los amigos cercanos al ex alcalde Fernando Pucheta Sánchez, quien esta semana cumplió años, y consiguió, gracias a las redes sociales, una movilización virtual parecida a las que físicamente lograba Daniel Amador Gaxiola.
Como se recuerda, Amador hacía concurrir a una parte importante del magisterio estatal a su festejo anual en el municipio de Elota, bajo los términos más usuales de aquellos tiempos.


Pucheta, sin un padrinazgo visible y sin una organización bien establecida, reunió, de acuerdo con las cuentas, más de tres mil felicitaciones sin haber convocado a nada.
Habrá que ver cómo consigue, si sigue en ello, que esas simpatías se transformen en activismo y al final, en votos.