A Rocha le interesa la consulta; Inútil intento de maquillistas; El adiós de don Xosé Lamas
FRANCISCO CHIQUETE
Ni Miguel Ángel Murillo Sánchez ni Rafael Morgan Ríos se imaginaron el enorme favor que le hacían al gobernador Rubén Rocha Moya al promover una consulta para revocación de mandato en su contra.
Parecía un gran golpe, en medio de una guerra civil protagonizada por el crimen organizado en nuestro territorio. El gobernador y el estado mexicano no atinaban, como no atinan aún, a delinear una estrategia de combate efectiva, que paralice a los contendientes y dé seguridad a la sociedad.
El miedo de todo Sinaloa, especialmente de los habitantes de Culiacán, parecía un elemento propicio para salir a agitar las aguas. A simple vista es impensable que una sociedad tan agraviada salga a defender a los gobernantes que no han podido someter a los agresores de uno y otro bandos.
Pero las soluciones nunca son tan fáciles. En medio de la ingobernabilidad, Rocha y Morena siguen teniendo el control de las grandes masas electorales. Por eso el gobernador se burló de los promotores diciendo que no iban a conseguir los más de doscientas mil firmas que se necesitan para echar a andar el complejo mecanismo de la revocación.
Con lo que no contaba el gobernador es con el desprestigio de su gobierno. Si el meme que pregunta por “el Rocha” hizo furor, la desesperanza de un regreso a la normalidad es norma general en toda la entidad. Es cierto: no hay una organización partidista o ciudadana capaz de canalizar el descontento, el miedo, pero la guerra política ha ido desgastando al gobernador y su imagen.
Todos los días, de un detalle nimio y a veces inexistente, se saca la conclusión de que “ya le pidieron la renuncia”, o peor aún, que “lo van a entregar a Estados Unidos para salvar a “AMLO”, y otras versiones igual de disparatadas.
Por eso al gobernador, más que a cualquiera otro, le urge que el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa deje de ponerse los moños y proceda a facilitar la consulta popular, y cuanto antes mejor, porque ya está por cerrarse el proyecto de presupuesto estatal correspondiente al 2025.
En este ambiente en que todos los golpes le llegan a la imagen del gobernador ¿qué mejor aval que una consulta popular de la que salga triunfante y si es arrasando, pues todavía más chido?
Dice el IEES que la ley de revocación de mandato no existía cuando Rocha fue electo, y que su plazo legal es de seis años. Exactamente igual pasó con Andrés Manuel López Obrador. Fue él quien promovió la creación de esta figura jurídica y aunque fue electo para cinco años con diez meses, solicitó él mismo a través de su instrumento -Morena- la ejecución de la encuesta. Ganó apabullantemente, pero no alcanzó el número de votos necesarios para que el resultado fuese de aplicación obligatoria. Incluso como su permanencia fue respaldada por un número menor de electores al que lo votó originalmente, le dijeron que su techo electoral había bajado de 30 millones a 17, pero él se dio el gusto de presumir un apoyo popular masivo.
Seguramente es a eso que le tira Rocha Moya. Con un aval ciudadano, vinculante o no, podría aseverar que no hay rechazo popular, que la sociedad habló a su favor, y nadie podría seguirlo descalificando con rumores, invenciones o análisis centrados o interesados.
No nos extrañe pues que cualquier día de estos aparezcan el Many Guerrero o el encuerólogo Serapio Vargas encabezando una toma de firmas que engrosaría inmediatamente con la participación y padrones de los programas sociales y los siervos de la nación, porque al gober ya le ofrecieron una salida política y ahora le cumplen.
EL INÚTIL OFICIO
DE MAQUILLISTA
Mientras se decide si nos consultan o no, el estado sigue tinto en sangre. Es innegable que de un tiempo a acá ha dejado de haber balaceras y bloqueos de avenidas en Culiacán, pero los asesinatos aumentan, aumenta la saña, la gente no puede estar tranquila cuando ve que a los domicilios particulares, incluso en cotos cerrados, llegan los delincuentes, se meten a las casas y sacan familias completas. Aumentan los robos de vehículos y circular por las carreteras siguen siendo de alto riesgo, casi temerario.
En opinión del vocero del gobierno estatal para el problema de la violencia, todo va mejor, la gente ya va a la escuela, ya va a los trabajos y dice él que hasta a los centros de diversión.
La verdad es que este esfuerzo por maquillar la realidad es inútil y sólo muestra la falta de sensibilidad del funcionario, que trata de imponer a la sociedad una realidad que no existe.
Seguramente ni el fallecido hipnotizador Taurus do Brasil, ni John Milton, el de los espectáculos masivos, ni Tony Kamo juntos, convencerían a los sinaloenses de que “estamos bien, vamos muy bien, las cosas regresan a la normalidad, ¡DUÉR-MA-SE! Mucho menos Feliciano Castro Meléndrez, el de los cuentos.
GOBIERNAN
PARA ELLOS
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que desde su arribo al cargo, gobernaría para todos. Sin embargo no resistió la tentación de lanzarse contra el nuevo dirigente nacional del PAN, a quien ubicó en el llamado Cartel Inmobiliario. Ella tuvo en sus manos la posibilidad de enderezar juicios contra Jorge Romero y demás presuntos involucrados, pero no lo hizo. Hoy como Presidenta de la República, prefiere descalificar al recién electo dirigente de un partido opositor (que por ciento se descalifica solo).
El infaltable Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado de la República, explicó que sacaron adelante la reelección de Rosario Piedra Ibarra como presidente de la CNDH porque “es un cuadro que ha sido muy importante para la Cuarta Transformación”.
No la colocaron ahí porque hubiera hecho un buen papel en su primer periodo, ni porque hubiese cumplido con los términos de la convocatoria, ni porque se le hubiese evaluado de manera positiva (fue la segunda peor calificada). Ni siquiera porque hubiese consenso a favor suyo (hubo que sacar la mano dura y el nombre de López Obrador para convencer a los remisos). No. La eligieron porque es un buen cuadro de su partido.
