Emiliano, el niño con que “atacaron” a AMLO; Estrella y Romero, la guerra por Mazatlán; con el Químico, el gobierno se exhibe solo
FRANCISCO CHIQUETE
Emiliano era un niño de entre once y doce años, que murió asesinado a balazos en Paraíso, Tabasco. Las condiciones en que esto ocurrió no han sido esclarecidas, pero dicen las autoridades que se trató de un intento de secuestro.
A todo mundo indignan hechos como este, pero Emiliano se convirtió en símbolo de la inconformidad social por varias razones: la falta de capacidad para detener la inseguridad; la actitud de las autoridades, que no dan pie con bola al mmento de hacer justicia; y la absurda acusación del presidente Andrés Manuel López Obrador: (exageran), lo hacen para perjudicarme a mi, sostuvo en su inacabable mañanera.
Cuando hay un niño arrancado a su familia, sólo alguien con el poder inmenso y la certeza de que todo ocurre a propósito de él, puede ponerse por encima de la víctima real, para declararse el objeto principal de los acontecimientos.
Este no es el líder social que por años se puso en los zapatos de la sociedad, denunciando los excesos de gobernantes que veían por ellos mismos antes que por sus gobernados. No es el hombre que evaluaba cada crisis de gobierno, cada irregularidad registrada y la hacía ver a una sociedad adormecida por décadas de malos gobiernos. Este es un gobernante exactamente igual que aquellos a los que combatió, y si se puede peor, por insistir en victimizarse.
Emiliano, el niño que pedía no lo dejaran morir, fue colocado, aunque usted no lo crea, como sospechoso de su propio caso. El gobierno de Tabasco anunció que investigaría todas las líneas disponibles, incluyendo la posibilidad de que la víctima tuviese alguna relación con alguien del crimen organizado.
Emiliano es un símbolo muy especial para el gobierno que se acaba. Apenas unos días antes el presidente había dicho que en México no hay violencia, “sólo asesinatos”. Es inexplicable la mecánica mental que lleva a considerar la posibilidad de que alguien quite la vida a otras personas utilizando armas de fuego, pero sin incurrir en la violencia.
Pero en el caso de Emiliano ambas cosas se registraron flagrantemente. Primero se dijo que el niño trató de impedir el secuestro de su madre; después se “matizó” diciendo que era el niño a quien intentaron secuestrar, que se resistió y escapó de los captores y uno de estos le disparó en tres ocasiones. ¿No es violencia? ¿puede caber esta actitud despiadada en la clasificación de “crimen incidental”? ¡Ni siquiera de víctima colateral!
El presidente debe estar sentidísimo contra los neoliberales porque otra vez lo pusieron en la picota pública: en Ciudad Juárez mataron a otro chamaco, esta vez de trece años, y dejaron heridos a otro de la misma edad y también a uno todavía menor que ellos. ¿También es para hacerle daño a él, porque “es la temporada”? Si todas las carpetas de investigación se van a cerrar con esas
conclusiones, debemos prepararnos para un baño de sangre en este fin de sexenio. La impunidad y el desinterés son los incentivos más fuertes para la comisión de nuevos delitos. El presidente y su equipo están satisfechos porque de un tiempo a acá ya no matan a 35 mil personas por año, sino “sólo” a 31 mil, 32 mil, en lo que ellos llaman “una curva de inflexión” que no evita la marca de más crímenes en la historia. Lo bueno es que la culpa sigue siendo de Felipe Calderón.
GUERRA DE ENCUESTAS
Y DE ACTOS DE CIERRE
Mazatlán es objeto de una enconada guerra entre las candidaturas de Morena y del PRIAN. Unos y otros echaron el resto para cerrar contundentemente, a fin de convencer a los indecisos. Por supuesto, se declaran ganadores del proceso, y de la elección que se va a realizar exactamente dentro de una semana,
El equipo de Guillermo Romero tenía muchas esperanzas de que el debate entre candidatos les diese el impulso definitivo. Ellos mismos hicieron correr la versión de que su contrincante Estrella Palacios era una joven inexperta, de escasa preparación política, y sería fácil hacerla caer en contradicciones. Incluso Romero se aseguró de aparecer respetuoso en lo personal, de modo que amén de verse caballeroso, no se le reprochasen excesos.
Pero la rival les salió respondona. Ante las reiteradas críticas de Romero al gobierno del Químico, emergido de la 4T, ella le recordó que el propio Memo intentó ser candidato a alcalde por Morena, y que al no lograrlo emigró al PRI. Hubo otro episodio en que Romero reclamó decisiones como el desmantelamiento de la planta tratadora de aguas negrs, que ahora hace falta, y ella le recordó que pudo haberse opuesto porque era miembro del consejo de la Jumapam, pero no intentó nada.
El encuentro fue parejo en cuanto a propuestas. En realidad nadie dijo nada que le acercara votos adicionales. Sus discursos fueron muy efectivos para entusiasmar a los propios seguidores, pero nada más. Podemos decir que Mazatlán sería un emporio si alguno de los dos pudiese concretar cada una de las cosas que ofreció.
Por cierto que en su etapa de morenista, Romero juraba que ya tenía en la bolsa la candidatura del PT y el PVEM y aunque no la consiguió (en realidad dejó de buscarla cuando no vio futuro en Morena), puede decirse que ahí tuvo el apoyo petista. La candidata de esa marca inició casi todas sus intervenciones diciendo “tiene razón el compañero Memo”. No parecía faltar mucho para que en su intervención final hiciese una pública declinación a favor del “compañero Memo”, pero no llegó tan lejos. No seria raro: el PT está en franca rebeldía a nivel local.
En el encuentro la candidata de Movimiento Ciudadano, Mi Lay Quintero tuvo una buena actuación corrigiendo con autoridad a algunos de sus rivales. Lástima que esa organización no signifique mucho en términos de votación. Quizá con un poco de recursos pudo haber hecho más presencia.
La guerra venía de antes del debate. Unos y otros hicieron circular encuestas y supuestas encuestas en las que cada uno era declarado ganador. La más mandada fue una que se atribuyó al periódico El Debate, con todo y logotipo, en que se atribuían un apoyo del 85 por ciento, contra un ocho por ciento del PT y un triste 7 por ciento de Morena.
El equipo de Estrella por su parte, hizo circular una encuesta en que obtenía 15 puntos de ventaja sobre Romero, aunque hubo quienes desde ese lado declararon que estaban arriba por veinte. Estamos en el momento en que no solo cada partido, sino cada simpatizante o campañista trae sus propios datos y sus otros datos, como dice el presidente.
Los dos cierres de campaña fueron muy fuertes. Del lado de Memo Romero dijeron haber reunido a veinte mil simpatizantes. La concentración fue muy buena, aunque la cifra rs exagerada. En estos tiempos en que la movilización de la gente es más difícil, conseguir un lleno como ese es muy meritorio.
1 de 4
Pero del otro lado también mostraron músculo. La cantidad de personas reunidas en Olas Altas no se había logrado en mucho tiempo para ese escenario.
1 de 4
Unos y otros, por supuesto, recurrieron al acarreo. Es impensable que haya un encuentro multitudinario si no se ponen las condiciones adecuadas, incluso existiendo un atractivo como el de los grupos musicales que amenizaron en uno y otro lados.
Una cosa quedó clara: las dos partes tienen con qué movilizar a sus bases y a sus simpatizantes o posibles simpatizantes en la jornada electoral. Nadie quiere ceder terreno y aunque teóricamente haya ventaja por una de las partes, el llamado día D puede llegar a hacer la diferencia, si la distancia no es mayor de cinco puntos. Ya movilizar a nueve mil o diez mil votantes adicionales en el municipio es una tarea de titanes.
EL TACTO DE LA FISCALÍA Y LA AUDITORÍA SUPERIOR
A media semana hubo dos acontecimientos inusitados. La detención del dueño de Azteca Lighting, la tristemente célebre empresa que se ganó por asignación directa un contrato de cuatrocientos millones de pesos; y el público atorón que elementos de la Auditoría Superior del Estado le hicieron al Químico Benítez para entregarle una notificación en propia mano,
Ambos personajes, como se sabe, están ligados por el escándalo de las lámparas, aunque esta vez no hayan sido exhibidos por motivos similares.
Al empresario lo agarraron porque tiene pendiente un contrato con un grupo empresarial, también muy controvertido, el Grupo Arhe, al que debió instalarle lámparas para un parque industrial, sin haber cumplido ni regresado el anticipo (como con las lámparas del municipio). El detenido, que quedó rápidamente en libertad, dice que es un movimiento amañado e innecesario, del que dará más detalles este lunes.
Al Químico lo fueron a buscar al mismísimo lugar en que el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa organizaba el debate entre candidatos a diputados por el distrito XXII. Ahí mismo, elementos de la ASE le dijeron que le traían una notificación y que se la llevaban ahí porque en el domicilio que tiene legalmente establecido no lo han podido encontrar. Por supuesto, el alcalde defenestrado se negó a firmar de recibido y utilizó el incidente para declararse perseguido político y víctima del gobernador Rubén Rocha Moya.
Tras estos hechos, quedó claro que el tándem gobierno-fiscalía-poder judicial están urgidos de demostrarle a los mazatlecos que no están dejando ir limpio al exmunícipe, quien no sólo no ha recibido castigo legal por tantas cosas que ofendieron a la sociedad, sino que por el contrario, está
incurriendo en la temeridad de buscar el voto para ser diputado local y por lo tanto, tener un fuero legislativo que lo cobije de cualquier acción legal.
Si la Fiscalía y el Poder Judicial hubiesen sido eficientes en sus labores, no habrían tenido necesidad de hacer esta grotesca demostración de fuerza. Nadie se ha olvidado de ls correrías del Químico, pero se notan demasiado las maneras extralegales con que se pretenden suplir las deficiencias y lentitudes del procedimiento que en teoría arrancó desde octubre de 2022, cuando fue sacado de la alcaldía, aunque formalmente arrancó en febrero de 2023, cuando se le destituyó del puesto de consolación como secretario de Turismo que el gobernador le había otorgado.
En todo este periodo el juzgado que lleva la causa ha aceptado y decretado posposición tras posposición de las audiencias, hasta convencer a la sociedad de que el Químico está siendo protegido. Hoy les urge demostrar lo contrario.
EL TERRIBLE TALANTE DE CLAUDIA
Hace ocho días Claudia Sheinbaum brincó una pesada aduana: el tercer debate, en que se analizaría la situación de la inseguridad en México. Xóchitl Gálvez prefirió centrarse en su oponente para buscar su debilitamiento, cuando tenía todo un panorama, el de la inseguridad, para la descalificación del Movimiento de Regeneración Nacional.
Asi, la candidata de Morena sólo tuvo que negarse a responder, fingir demencia o hablar de cualquier otra cosa frente a los señalamientos de su rival.
Pero poco a poco Claudia revela su verdadero talante. No es la señora frágil que se esconde tras la sombra protectora del presidente. Ella misma es convencida de las propuestas de AMLO, por muy disparatadas que le parezcan a una parte importante de la sociedad.
El pasado lunes fue entrevistada por los miembros de la mesa de Tercer Grado, en Televisa, y con la misma actitud sobrada evadió cuestionamientos, incluso pretendió dirigir el rumbo y los temas de las preguntas. Ya vamos a lo que le interesa a la gente, dijo, pretendiendo que fuesen sus temas ee interés los que se abalizaran.
Pero involuntariamente dio una muestra de su personalidad, y francamente no es algo que guste mucho a quien la analice.
Ocurrió cuando Raymundo Rivapalacio le preguntó sobre el reporte según el cual la Ciudad de México fue el lugar del mundo con más alto porcentaje de mortalidad durante la pandemia. De los cientos de miles de personas que murieron a pesar de tener posibilidades de salvarse, cerca de la mitad fallecieron en la ciudad de México, una concentración muy elevada, frente al relativamente bajo porcentaje de población que tiene la capital en relación con el conjunto nacional.
Se hablaba de cientos de miles de muertes “innecesarias”, y la candidata. Lejos de abordar el grave elemento de desgracia que se le ponía enfrente, respondió con una pregunta: “¿y en qiué fallamos?” No importaban los muertos, sólo el hecho de que se sentía técnicamente libre de culpa.
Si gana, le va a hacer mucha falta el manejo de los sentimientos colectivos que AMLO ejecuta magistralmente.