Con ministros y candidatos, los que mandan mandan; todos se autoengañan; aquí sólo hay una víctima: el presidente
FRANCISCO CHIQUETE
Antes que nada, un profundo agradecimiento por su paciencia y sus muestras de respaldo durante el año anterior. El deseo de que 2024 sea para todos un gran año, en que los problemas sean encarados con decisión y éxito, y planes e ilusiones de vean cumplidos.
A lo largo del 2024 buscaremos desarrollar algunos proyectos para mejorar y diversificar el servicio de información que le prestamos. Ojalá nos sigan acompañando.
Muchas felicidades y como dice un gran amigo: Saludos y Salud.
CÓMO OPERA LA CUARTA
El modelo de la Cuarta Transformación no está establecido en manual o protocolo alguno, pero se aplica con características muy similares en cada uno de los territorios que Morena va conquistando, independientemente de los candidatos que triunfen o de los grupos internos que se impongan, como se ve en acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y la lista de presuntos candidatos que dio a conocer el Consejo Estatal de su partido en Sinaloa.
¿Por qué el presidente designó a Lenia Batres como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación? No sólo eso: ¿por qué insistió en enviar dos ternas a sabiendas de que no iban a pasar la aduana de la mayoría calificada en el Senado?
Otros presidentes y sus gobiernos se han sentado a negociar con la oposición de entonces, para llegar a acuerdos. Ninguno quiso llegar al extremo de hacer una designación unilateral porque eso habría marcado su incapacidad para llegar a acuerdos. A Andrés Manuel por el contrario, le interesaba dejar en claro que es él quien manda, algo absurdo después de cinco años de gobierno duro y cerrado.
En esa demostración va implícita la decisión de terminar el gobierno con su círculo más cerrado, con sus elementos de más confianza, sin dar concesiones ni siquiera a los grupos internos que sin disentir, han mostrado cierta proclividad a contemporizar medianamente con otras corrientes. Ahí están Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal como ejemplos.
En Sinaloa, la lista de candidatos que acordó el consejo estatal por unanimidad, y que puso a disposición de la Comisión de Elecciones “para que dé la última palabra”, tiene elementos muy similares a los que da a ver el presidente Andrés Maniuel.

La designación directa de Enrique Inzunza Cázares como candidato al Senado en el número uno de la fórmula, es algo más que previsible, pero la eliminación de cualquier otro aspirante se dio sin consideración. No podía esperarse otra cosa con Jesús Estrada Ferreiro, quien se ha enfrentado tenazmente al poder del gobernador y además renunció a la militancia en Morena, pero la patada de desprecio que recibió Camilo Valenzuela es verdaderamente épica. Ni su prolongada historia como militante destacado en las diversas expresiones de la izquierda nacional le granjeó la posibilidad de ser considerado al menos como relleno.

Pero donde más se ver la concentración y demostración del poder es en la nómina de aspirantes a las presidencias municipales. Para el gobernador Rubén Rocha Moya el eje central fue la candidatura de Juan de Dios Gámez para seguir como alcalde de Culiacán.
A partir de ahí se fueron rellenando los demás huecos, como en los rompecabezas en que identificas una pieza y a partir de ella vas rellenando el resto.

Si Gámez era el abanderado culiche, Mazatlán y Guasave necesariamente tendrían que ser reservados para mujeres ¿cómo? No importa. La secretaria de Turismo, Estrella Palacios, tiene muy baja presencia en las encuestas, pero ahí está. Y Felicita Pompa Robles, diputada local por el distrito octavo, irá por Guasave. Uno de los comunicadores más conocidos de la tierra del Petatlán, confesó que no la conocía y que ni siquiera tenía conocimiento que estuviese en funciones legislativas.
Algo raro pasa con el norte del estado, donde Gerardo Vargas Landeros amarró la candidatura para la reelección y encima logró imponer a su incondicional en la candidatura por el distrito primero del ámbito federal (a menos que la Comisión de Elecciones llegue a decir otra cosa).
La patada en salva se la parte para aquellos personajes del PRI y del PAN que fueron incorporados a la campaña morenista es una reafirmación del “aquí mando yo”. No es que Rocha no hubiera querido trabajar con algunos que tenían reales perspectivas de voto, sino que primero se atravesó la ya rumorada condición de respetar la equidad de género en los cuatro principales municipios del estado; luego se dio la imposibilidad de cumplir con una de las condiciones: construir condiciones dentro de Morena. Nadie pudo, como era predecible.
La pregunta es ¿trabajarán por Claudia los despreciados? La oferta de darles chambas en el gobierno del estado no parece ser suficiente incentivo.
LOS AUTOENGAÑOS
DE gira por Mazatlán, la dirigente estatal del PRI, Paola Gárate, dijo que con Estrella Palacios “nos pusieron de turrún” la pichada de la elección en Mazatlán. No es cierto. Aunque la joven secretaria no haya hecho trabajo político previo, la fuerza electoral de Morena es indiscutible, además que las candidaturas perfiladas en el Frente Opositor tampoco son como para impresionar a nadie. Entre lo que ella misma haga por su crecimiento y el efecto de la famosa cargada, se le pueden generar mejores condiciones, de modo que la oposición no se puede sentir con un regalo en las manos.








