DOMINGRILLA POR FRANCISCO CHIQUETE

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Sofocón de Cuén al estado; primero la lana, después la decencia; Gerardo retó al gobernador

El jueves al mediodía, casi todo Sinaloa estaba enterada de que el exrector Jesús Madueña Molina había ganado un amparo y que volvía a la titularidad de la UAS. No fue así, pero el sofocón que sufrieron muchos en el gobierno sí fue real.


Es que en efecto, un juez de distrito otorgó a Madueña una suspensión definitiva que en otras condiciones habría significado sui regreso, pero el amparo sólo cubría uno de los dos procedimientos que tienen al rector en calidad de suspendido.

Lo habría interpretado así cualquier tinterillo, pero contando el equipo de Héctor Melesio Cuén Ojeda con un aparato de comunicación tan poderoso, la especie inundó las redes y de ahí brinco a todos los ámbitos, par dar a Cuén y los suyos una satisfacción pasajera.

El episodio sin embargo, no deja de ser un éxito jurídico del grupo cuenista, que podría haber encontrado ahí un camino que le lleve a la reivindicación de Madueña. Con todo y que la decisión judicial todavía es atacable porque hay al menos dos instancias superiores a las que el gobierno sinaloense puede recurrir, pero a menos que se trate de una aberración, frecuentemente las decisiones originales son ratificadas.

Tan existe esa posibilidad, que la fiscal Sara Bruna Quiñónez salió “de manera casual” a donde los medios pudieran entrevistarla, y como no dándole importancia al asunto, anunció que la institución a su cargo tiene todavía varios delitos qué imputar a Madueña y sus colaboradores. Aunque “no recordaba” los asuntos a judicializar, éstos serán presentados al regresar de vacciones.

 

Así pues, tenga usted por seguro que esas nuevas acusaciones se presentarán y lo más importante: procederán. De la contraparte habrá que esperar también acciones radicales, aunque eso será hasta entrando enero, porque la carne de cañón ya está vacacionando.

LO QUE BIEN SE APRENDE NUNCA SE OLVIDA
Con un enfrentamiento tan fuerte y tan decidido como el que registra el grupo que gobierna la UAS, cualquiera podía esperar a que fuesen cuidadosos con sus manejos económicos, porque el pleito, aunque es político, tiene como sustento la administración de los recursos que por ley se les otorgan.


Pero no: el ritmo de gastos se mantuvo tan intenso, que nuevamente se salieron a la línea presupuestal y necesitan una ayuda para cumplir con los compromisos laborales de fin de año. Y su necesidad no es anecdótica: se trata de cuatrocientos cincuenta millones de pesos.
Es cierto que ese juego lo juegan las autoridades universitarias cada fin de año, pero con un gobierno tan marcadamente hostil como el que enfrentan, tendrían que haber sido cuidadosos y por lo menos tratar de reducir el déficit y mostrar a la sociedad que no hay tales dispendios o desviaciones.

Tengo un joven amigo sonorense que gusta distorsionar los dichos populares, y diría para este caso que “perro que da en comer hocicos, aunque le quemen los…” En la UAS no tuvieron voluntad o capacidad para moderar su comportamiento financiero. Después de todo, hay que entenderlo, últimamente ha habido muchos gastos extraordinarios, como las marchas y manifestaciones, plantones y otras expresiones masivas de inconformidad, que de algún lado se tienen que financiar.
Por cierto que en la contraparte lo que ha prevalecido es el síndrome de la chimoltrufia. Primero el gobernador dijo que apoyaría a la UAS en su solicitud de apoyo para pagar aguinaldos y otras prestaciones de fin de año; después advirtió que no habría apoyo si Cuén y los suyos siguen despidiendo gente por motivos políticos; todavía más adelante anunció que respaldaba las gestiones para que el gobierno federal suelte los recursos necesarios. La gente despedida por supuesto, sigue en ese status, porque lo primero es la revancha política y después la justicia laboral.

EL PRI GOBIERNO
CAMBIÓ DE COLOR
En tiempos del partido único -el tricolor- los opositores de izquierda acuñaron un término demoledor: el PRI-gobierno. Ahí se simbolizaba la simbiosis entre una figura y la otra, la falta de límites entre las partes. El partido podía ser utilizado para satisfacer intereses y necesidades del gobierno, y el gobierno estaba para garantizar la sobrevivencia del partido al frente del país.

La alternancia no acabó con eso. El PAN intentó una asimilación de esa fórmula, pero le faltó capacidad. En cambio Morena lo ha reeditado de cabo a rabo, excepto por los colores. El presidente hace abierto proselitismo electoral a favor de su partido desde las instancias y espacios oficiales; nadie sabe establecer diferencias entre los Servidores de la Nación, el ejército que controla el trato con los beneficiarios de los programas sociales, y las brigadas de activistas de Morena. Para nombrar una nueva ministra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el presidente propuso no a sus mejores cartas en materia jurídica o de manejo del Constitucionalismo, sino a las activistas más fieles y más radicales de su movimiento.

El fin de semana anterior la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, se reunió con los veintidós gobernadores estatales de procedencia morenista, para asignarles tareas y responsabilidad de corte electoral, y el gobernador Rubén Rocha Moya vino a dar cuentas de su expectativas partidistas desde la Semanera, el programa oficial del gobierno de Sinaloa.

Eso sí: Rocha Moya advirtió a los alcaldes y funcionarios que de ninguna manera debían aparecerse en los actos de campaña que la precandidata morenista encabezaría en Sinaloa al día siguiente, deslizando incluso alguna amenaza de sanciones.

Al día siguiente todos los alcaldes de los lugares visitados por Sheinbaum, presumieron fotos que se tomaron con ella y mansajes en que hacen ver su supuesta cercanía con la exjefa de gobierno. El propio Rubén Rocha Moya se encontró con la precandidata y no hizo ningún esfuerzo por evitar que se divulgaran las gráficas de la reunión.
Puede decirse que los alcaldes fueron obedientes, pues no acudieron propiamente a los eventos, sino que se pusieron al paso de la ingeniera Sheinbaum. Hubo sólo una excepción que sonó absolutamente como desafío a la autoridad del gobernador.

Gerardo Octavio Vargas Landeros, presidente municipal de Ahome, llegó “casualmente” al hotel Santa Anita, donde la precandidata tenía programado llegar. Casualmente le resultó imposible evitar el saludo y como ella le dijo “allá nos vemos”, le fue imposible evitar al compromiso y fue al evento. Seguramente que pidió a la tesorería municipal que se le descontara el día porque no lo dedicó íntegro al cumplimiento de su función (¡seguramente!) pero dineros aparte, la actitud de Vargas Landeros es de franco reto, y no es nuevo. Él siempre ha sido bueno para brincarse las trancas.