DOMINGRILLA ¿Alcanzarán a correr a Cuén?; La fiscal falla y reclama; Los escándalos de antes y los actuales

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FRANCISCO CHIQUETE

La pregunta en torno al conflicto UAS-Estado es ¿le alcanzará el tiempo al gobernador? Porque es muy corto el plazo para que pueda accionar sin que el proceso se le contamine directamente con el periodo de la sucesión presidencial.

Por lo pronto la estrategia va por buen camino: antes que intentar rebeliones dentro de la institución, se debilitan imagen y credibilidad del enemigo, en este caso de Héctor Melesio Cuén Ojeda. Por supuesto, Rocha sabe que de momento no tiene fuerza dentro de la UAS, que sus apoyos están sobre todo entre personas que ya no pertenecen a la institución porque se jubilaron, pero aprovecha el tiempo con una campaña de desprestigio a todas luces exitosa.

No es igual hacer correr la voz de que se están gastando el dinero de la UAS en sostener al Partido Sinaloense, como era el clamor inicial de los rochistas, que dar pistas sólidas sobre gastos inadecuados. Ahí están los dieciocho millones de pesos supuestamente destinados a la compra de tortillas en un período en que no había clases por la pandemia. ¡Ah y soportados con facturas de alguien que no se dedica a la elaboración del popular alimento!
En una bien programada campaña, aparecen un día unos gastos, otro día otros, como salieron primero las propiedades adquiridas en años recientes por el exrector Héctor Melesio Cuén y luego las de sus familiares cercanos, casi todos ligados a la propia Universidad.

Todavía ayer, ciudadanos interesados en el tema advertían que “Rocha no ha podido hasta este momento”. En efecto no se ha concretado la reforma universitaria, pero el plan marcha, sobre todo cuando la presión empieza a dar resultados: el rector Jesús Madueña Molina no encontró otra defensa ante affaire de las tortillas, que culpar a su antecesor.
Si Rocha y su equipo consiguen romper la unidad que hasta el momento ha mantenido el cuenismo, su camino estará muy avanzado. Por más que en la UAS estén peleados o disgustados con el rector pasado, Juan Eulogio Guerra Liera, no les conviene lanzarlo como chivo expiatorio. Sabe mucho y una vez acorralado puede soltar.

En la contraparte tampoco están mancos. Cuén vuelve a la presidencia del Partido Sinaloense para tener un escudo importante: ¿se atreverá el régimen a encarcelar a un líder opositor? Por muy “quemado” que lo tengan, la acusación de que ejercen persecución política es muy impactante.
Pero insistimos: si no le meten acelerador al asunto, Cuén se las puede hacer tablas, porque la lucha va a generar un costo político inadmisible en plenas campañas presidenciales.

Cuén es de los que esta semana murió por su propia lengua. En un evento sabatino dijo que “para luchar contra el sistema se necesita valentía, conocimiento, querer al pueblo, luchar por la ciudadanía, tener ese deseo y mucho trabajo como el que desempeña la estructura del Partido Sinaloense”. Si esos son sus propósitos ¿por qué ha luchado hasta la ignominia, no por combatir al sistema, sino para meterse en él y ser designado candidato a senador y luego a gobernador? Es dueño de un partido y ruega para que lo acepten en otro que además lo está persiguiendo.

¿Y LA FISCAL COBRA
POR SU “TRABAJO”?
Un año no le ha sido suficiente a la Fiscal General del Estado, Sara Bruna Quiñones, para detener a los asesinos de Luis Enrique Ramírez Ramos, el periodista ultimado a balazos el cinco de mayo de 2022, cuyo caso dijeron tener resuelto sin que hasta ahora conozcamos plenamente ni las condiciones en que ocurrió, ni la identidad de quienes lo ejecutaron.
Los ciudadanos estamos acostumbrados a que las autoridades de todos los niveles fallen en el ejercicio de sus encomiendas, sobre todo cuando se trata de asuntos relacionados con la seguridad pública y la justicia.

Pero si además de fallar estas autoridades pretenden culpar a la sociedad por esa falta de resultados, ya estamos hablando de incapacidad absoluta o de cinismo. Vaya usted a saber cuál de las dos es peor.

Porque seguramente usted ya se enteró de las declaraciones de doña Sara Bruna, quien reclama a la sociedad por no haberle avisado dónde están los presuntos asesinos, cuyas identidades sólo ella conoce de bien a bien; y a los periodistas por no pedir a la Fiscalía General de la República que venga a resolverle el caso porque, ¿sabe? El asesino o los asesinos son miembros del crimen organizado, y ahí la señora fiscal mejor no se mete.
No preguntemos si ella no sabe cómo pedir la concurrencia o la atracción. Preguntémonos cuál es el destino de buena parte de los expedientes o carpetas de investigación levantados por asesinatos en Sinaloa. Si hay elementos para culpar de ellos al crimen organizado, van a quedar impunes.

Hay que insistir lo que ya se ha preguntado: ¿para eso les urgía correr al fiscal anterior?
Y también ¿encima le pagan a la señora? Y le pagan doble porque además de su lógico sueldo como fiscal, tiene una más que lógica y jugosa jubilación ganada por sus años de jueza de control y enjuiciamiento.

El gobernador, por cierto, no se raja. Sigue diciendo que Sara Bruna es una gran fiscal y que el caso de Luis Enrique está resuelto, nomás falta agarrar a los culpables. Nomás.

OTRA DENUNCIA,
OTRO NO PASA NADA
El nuevo escándalo en torno a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, el de contratos obtenidos tramposamente por amigos de su hijo Andrés, fue respondido con un simple “no ‘pasa nada” de parte del mandatario. “Vean el reportaje, no es nada”, sostiene.
Pero sí es: es una colección de maniobras para simular competencias, es la exhibición de una serie de irregularidades con empresas que al final vienen de la misma raíz y hasta comparten el mismo domicilio. Eso sí: no hay manera de probar que Andrés junior se esté beneficiando personalmente de todo eso, pero de que es su entorno no hay duda y ello genera mucho espacio para la sospecha.

También es de reconocerse que antes los escándalos eran mayores y por mucho. Nomas con el caso de Emilio Lozoya se llegó a hablar de miles de millones para la corrupción; en la Estafa Maestra fueron como ocho mil millones; en Segalmex, 15 mil millones… ¡ah no! Esa sí es cuenta actual, perdón. En cambio los amigos de Andrés junior no acumulan hasta el momento ni doscientos millones ¡Nada!

AHÍ FUE DONDE TOPÓ
Si al menos una parte de los productores agrícolas de Sinaloa toman este lunes ocho de mayo las instalaciones de Pemex en Topolobampo, se habrá roto un periodo de colaboración que ciertamente no ha dado los resultados necesarios, pero prometía.

Nadie le puede regatear al gobernador que ha hecho esfuerzos para conseguir un precio de garantía cercano al demandado, y un esquema de comercialización aceptable, para el maíz sinaloense, pero la verdad es que de una oferta inicial mediana, las expectativas han bajado y la incertidumbre sigue siendo elevada.

Quizá el más acertado de todos es un dirigente agrícola que en la última reunión le espetó al mandatario local: te topaste con el gobierno federal. En efecto, no ha sido posible sacar a la federación de su esquema inicial y eso tiene atorados a todos.