ELIO EDGARDO MILLÁN
Queda la sensación, pero solamente la sensación, que no existe una distinción de planos entre globalización y neoliberalismo. Veamos una frase de Peter McLaren: “Sugerimos que los recientes antagonismos locales, evidentes tanto en la amplia comunidad social como en el terreno educativo, se encuentran vinculados inextricablemente a la política del neoliberalismo dirigida por un capitalismo global en expansión” .
No estoy seguro que los actuales conflictos sean un resultado solamente del neoliberalismo, creo por el contrario que también son producto de la globalización. En efecto, la globalización ha planteado problemas inéditos: ha desfondado a los Estados-nación, ante la emergencia planetaria de problemas que no pueden ser resueltos en los marcos nacionales.
Este fenómeno es, desde nuestro punto de vista, irreversible. Ha creado una bola de nieve que puede ahogarnos en su macabro paso, pero ello requiere ser regulado tanto internacional como en los Estados-nación. Por supuesto, que una de las cosas urgentes que habría que eliminar en el marco global, sería una política pública que enrarece aún más este marco espectral con el que se dibuja al mundo: el neoliberalismo,
Pero para ese efecto, habría que separar los conceptos de globalización y neoliberalismo y, desde esta distinción, imaginar e impulsar otro núcleo importante de cambios estructurales para que la globalización se convierta en un entorno habitable. Veamos que nos dice Jorge Castañeda al respecto: El enigma y la complicación reside justamente en esta relación de sinónimos que se ha establecido entre globalización y neoliberalismo.
Lo que se ha querido plantear es este esquema del “pensamiento único”, del consenso de Washington, o como se le quiera llamar, es que frente a la globalización, que es un proceso real, no hay más alternativa de política pública que el llamado neoliberalismo, siendo que en realidad uno puede hacer, y es lo que hace Mangabeira, escindir los dos términos, separarlos; es decir, por una lado, hay un proceso de globalización que es irreversible, inmodificable, es una realidad… y por el otro, hay las políticas públicas nacionales pueden insertarse en la globalización, que llevan a rechazar la relación de sinónimos entre uno y otro
Y en esta distinción habría que estar muy atentos, porque ni el mundo ni los estado nacionales resisten más la medicina neoconservadora del neoliberalismo. En efecto, y esto habría que observarlo con cuidado, en el ambiente político global esta en marcha una reestructuración de bastante relevancia, porque ni siquiera sus supuestos beneficiarios saben como les pintará mañana el mundo. Aguilar Camín y Jorge Castañeda, en entrevista con Rolando Cordera en la Revista de Nexos, nos ilustran al respecto; Aguilar Camín, comenta:
El riesgo mayor de este juego es que Estados Unidos no aguante el comando del juego. Todo el mundo quiere venderle a este país. Las finanzas Norteamericanas se tienen que hacer cargo de los huecos financieros, y cuando EEUU no pueda hacerse cargo de lo que le quieren vender ni de los agujeros financieros que está creando la globalización ¿qué va suceder?. EEUU puede no tener recursos suficientes para hacerle frente a los grandes agujeros financieros y comerciales de la globalización.
Y Agrega Jorge castañeda:
Eso es cierto. EEUU puede sin duda librar, como se decía, hace mucho tiempo en el Departamento de Defensa, dos guerras y media, dos crisis financiero- económicas y media, simultáneamente, pero tres, cuarto o cinco, quizá sean ya demasiado. Si vamos al problema asiático, que es ante todo el problema de Japón, y el problema ruso… el euroasiático… Si hubiera una devaluación del Luan chino, y hubiera problemas en Alemania, ¿quién sabe si EEUU tendrá capacidad para hacerse cargo de una siguiente crisis, por ejemplo la mexicana
Justamente por ello la distinción entre globalización y neoliberalismo será de vital importancia, para las luchas por venir, sobre todo si queremos que tengan éxito.
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McLaren, Peter. Multiculturalismo Revolucionario. Pedagogías de Disensión para el Nuevo Milenio. Siglo XXI, 1998. Pag. 196.
2 Castañeda, Jorge. Revista Nexos, 251. Pag. 43.
3.- Aguilar Camín, Héctor Et. Al. Nexos 251. Pags. 44-45
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS.
ESTAS SON NOTAS DE TRABAJO.