“El maestro me tomó del cuello y me besó”… Es la frase que a finales de enero pasado congeló la sangre de María, madre de un pequeño de ocho años, víctima de abuso sexual.
Guanajuato.-
“El maestro me tomó del cuello y me besó”… Es la frase que a finales de enero pasado congeló la sangre de María, madre de un pequeño de ocho años, víctima de abuso sexual por parte del director y dueño del colegio donde estudiaba: el prestigiado Liceo de León, Guanajuato.
El maestro Roberto ‘N’, contó el pequeño a su mamá, lo interceptó una mañana dentro de uno de los baños de la escuela. Le pidió que saliera, pero tuvo que retirarse cuando más niños se hicieron presentes.
“Mi niño dice que cuando salió, el director lo estaba esperando. Que se lo llevó a la oficina, cerró con llave, con seguro; cerró la cortina y le preguntó cuántos años tenía, que si tenía novia y que le dijo que ya estaba en edad de tener sexo… Fue entonces cuando lo agarró del cuello, después levantó su barbilla y le dio el beso en la boca”, narra María con el dolor reflejado en el rostro.
En Guanajuato no existe una unidad especializada para la atención de delitos contra menores, así que los recibieron en la de delitos contra la mujer, donde al principio, se negaron a interponer la denuncia al considerar que un beso no era abuso sexual.
“Yo les diría que dejen a sus hijos un ratito con el señor para que les dé un beso. Porque es bien fácil hablar cuando estás desde afuera, cuando tu hijo no sufrió esa situación”, dice indignado Carlos Navarro, padre del menor.
Después de varias apelaciones, lograron interponer la denuncia contra Roberto ‘N’. Los peritajes que le efectuaron al menor, arrojaron que, efectivamente, había sido abusado por lo que, además, se giró una orden de aprehensión, que hasta la fecha no ha sido ejecutada.
“No vemos que se estén tomando las medidas pertinentes para realmente localizar a esta persona si es que está todavía en la ciudad”, reprochó Carlos Navarro.
En la Ciudad de México las penas por abuso sexual, van de dos a siete años de prisión agravadas en dos terceras partes cuando se trata de un menor de edad.
En el Estado de México puede llegar hasta los 15 años, pero en Guanajuato, donde el pequeño fue víctima, la pena apenas alcanza los dos años de cárcel.
Más denuncias
Este miércoles, gracias al valor de estos padres, la familia de otra pequeña, presuntamente abusada por el mismo sujeto, interpuso una nueva demanda. Aún así, Roberto ‘N’ sigue prófugo de la justicia.
“Que nos ayuden a poder hacer efectiva la orden de aprehensión y que esto no se quede así, porque hoy fue mi niño, mañana el de quién va a ser”, concluyó María.
Información por MILENIO