La lluvia que azotó el puerto la mañana de este miércoles dejó al descubierto una realidad preocupante: numerosas calles y avenidas de la ciudad se encuentran en estado deplorable, plagadas de baches que representan un peligro latente para los conductores y peatones.
Los baches en las vías durante la temporada de lluvias se convierten en auténticas trampas para los automovilistas, ya que pueden provocar accidentes graves, además, estos deterioros ocasionan daños en los vehículos, generan demoras en los trayectos, aceleran el deterioro general de la infraestructura vial y contribuyen a problemas de drenaje e inundaciones.
Ante este escenario, resulta importante que las autoridades municipales tomen medidas urgentes y efectivas para abordar este problema, el mantenimiento regular y las reparaciones adecuadas son indispensables para garantizar calles seguras y en buen estado durante todo el año.
La inversión en infraestructura vial y el establecimiento de programas de mantenimiento continuo son fundamentales para preservar la integridad de conductores y peatones.