El presidente estadounidense, Donald Trump, se expresó nuevamente en su cuenta de Twitter para exigir que se paralice el escrutinio de la elección, mientras el avance del conteo favorece a su rival, el demócrata Joe Biden.
“¡DETENGAN EL CONTEO!”, escribió el líder republicano en su perfil oficial. La votación todavía no tiene resultados definitivos en estados como Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Nevada y Arizona, por lo que ningún candidato ha alcanzado oficialmente los 270 votos mínimos del colegio electoral.
Si el conteo no admitiese ningún voto más y se confirmasen los resultados actuales, Joe Biden quedaría al frente y conseguiría la Presidencia, ya que lleva la delantera provisoria en Nevada y Arizona, suficeintes para alcanzar la mayoría. Además, la diferencia es cada vez más estrecha en Pensilvania y Georgia (donde Trump está primero), debido a que la tendencia favorece al ex vicepresidente: en estos estados (como en la mayoría de casos) se dejó para el final el conteo del voto enviado por correo, que tuvo una mayor participación demócrata.
Minutos después, el presidente volvió a expresarse en Twitter, esta vez con una información errónea. “¡Cualquier voto que llegue después del día de la elección no será contado!”, aseguró, pese a que varios estados (como Georgia y Pensilvania) dieron un plazo de unos días para seguir recibiendo boletas, siempre que hayan sido enviadas antes del martes. Dicha decisión de las autoridades locales fue impugnada y llevada a la Corte Suprema, que rechazó los reclamos, por lo que no habría forma de revertir esa cuestión.
Trump ha puesto en marcha su maquinaria legal y, además de haber pedido un recuento de los votos en Wisconsin, estado que le ha granjeado a Biden 10 votos electorales, sus abogados han presentado demandas en Michigan y Pensilvania para detener el escrutinio. El presidente, además, se declaró “solemnemente ganador” de la elección en Pensilvania, pese a que el proceso está cada vez más reñido.
Poco antes del tuit de Trump, Jenna Ellis, asesora legal de la campaña republicana, había dicho que no estaban intentando detener el conteo y que esa era una mentira de los medios, pese a que el mandatario viene pidiendo explícitamente eso en sus mensajes. Según su interpretación, lo que buscan es suspenderlo hasta que sus delegados puedan supervisar el proceso. Las normas de estos estados permiten la presencia de observadores y por el momento no ha habido denuncias de impedimentos, ni indicios de irregularidades.
La petición de un recuento en Wisconsin se debe a que la ventaja que le saca Biden, de 20 mil votos, supone apenas seis décimas porcentuales (49.4-48,9 por cientoi. Mientras que la petición de suspender el escrutinio en Michigan y Pensilvania se debió, según el equipo de Trump, a que sus observadores no han tenido el acceso debido al lugar donde se está realizando el recuento.
En Pensilvania, además, la campaña del presidente se ha sumado a un litigio que busca que el Tribunal Supremo detenga el recuento de ciertos votos, y ha presentado otra demanda para poner límites al plazo concedido a quienes votan por primera vez para confirmar que tienen la identificación necesaria.
La esperanza de la campaña republicana enfrenta una encrucijada: necesita que el conteo continúe en Arizona (donde Trump ha reducido la distancia), pero es imperioso que no se siga contabilizando el voto en Georgia y Pensilvania. El panorama es más complicado en Nevada, donde Joe Biden lleva la delantera y los votos que faltan contar consolidarían aún más su liderazgo. Por último, en Carolina del Norte, con una ligera ventaja para Trump, el panorama no cambiaría lo suficiente para revertir al ganador.
Entretanto, en la calle ha ido tomando fuerza un movimiento denominado “Cada voto cuenta”, destinado a presionar para que se tengan en cuenta todos los sufragios por correo, ante los intentos de Trump de impugnar los que hayan llegado después del día de las elecciones, aunque se hayan emitido a tiempo, y contra sus atribuciones de victoria pese a no haber acabado el recuento.