“Las aerolíneas están ahora discutiendo su responsabilidad y qué hacer con los vacunados, ya que no pueden volar por ser un riesgo para la salud”, afirman algunas de estas publicaciones, antes de concluir: “Parece que no se permitirá volar a nadie que esté vacunado”.
DATOS: En realidad, la vacunación no puede provocar trombos por el hecho de viajar en avión y las compañías aéreas no han advertido a sus clientes de que con las vacunas corren un gran riesgo de trombosis ni están estudiando prohibir volar a los vacunados, como confirman representantes internacionales de este sector.
Trombosis del viajero: Nada que ver con la vacuna
El tipo de trombosis que puedan sufrir de forma excepcional algunos pasajeros en determinadas circunstancias en vuelos largos no tiene nada que ver con el detectado en casos muy excepcionales entre los inmunizados con algunas vacunas.
La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) señala que no hay ninguna evidencia de que la vacuna pueda provocar algún tipo de riesgo adicional de trombosis en un pasajero de línea aérea.
El presidente de la SETH, Joan Carles Reverter, aclara que las trombosis asociadas a la vacuna son “diferentes a las habituales que se dan en los viajes” y se producen “con disminución del número de plaquetas y en territorios atípicos”, de modo que “no se asocian a los factores de riesgo de las trombosis habituales y no se potencian por éstos”.
El fenómeno identificado como efecto adverso muy raro en las vacunas anticovid de AstraZeneca y Janssen es conocido como trombocitopenia trombótica inmunitaria (VITT) y es un trastorno diferente al de los trombos en una pierna (trombosis venosa profunda) o en un pulmón (embolia pulmonar) que son un riesgo para algunas de las personas que permanecen inmóviles en viajes largos.
Fuentes de IATA detallan que la trombosis venosa y la embolia son trastornos que pueden estar asociados con la inmovilidad, en particular tras una cirugía, una lesión en una extremidad o bien, a veces, después de estar sentado mucho tiempo durante el viaje, pero ocurre generalmente cuando esa circunstancia se suma a otros factores de riesgo preexistentes.
Entre estos factores figuran embarazos, anticonceptivos orales, ciertos cánceres, sobrepeso, venas varicosas y trastornos subyacentes del sistema de coagulación. Los casos que se producen en viajes de larga distancia (aéreos, ferroviarios o por carretera) suelen ocurrir porque hay factores previos como estos y, cuando son conocidos, se pueden recetar medicamentos para reducir su riesgo.
Información por FORBES