El agua extraída y distribuida a 50 pueblos Yaquis, en Sonora, es de mala calidad desde hace varios años, según Conagua.
La construcción del Acueducto Yaqui, una promesa de Andrés Manuel López Obrador por llevar agua potable y libre de arsénico, plomo, sodio, manganeso y coliformes fecales a las comunidades Yaquis, costará más de 2 mil 165 millones de pesos.
Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el agua extraída y distribuida a las comunidades Yaquis es de mala calidad, porque contiene plomo, arsénico, manganeso, sodio y coliformes fecales en concentraciones mayores a los límites máximos permitidos.
El agua en cantidad y calidad será recibida por 50 comunidades del pueblo Yaqui de Sonora, quienes desde hace varios años beben el líquido con arsénico que puede ocasionarles cáncer de vejiga, pulmón, riñón, hepático, hiperpigmentación, hipopigmentación e hiperqueratosis, así como daños al sistema cardiovascular, alteraciones renales y hepáticas, dice el estudio la Construcción del Sistema de Abastecimiento de Agua Potable Intermunicipal para Comunidades Yaquis, Sonora.
“De conformidad con los resultados de calidad del agua de la campaña de muestreo de 2020 en las fuentes de abastecimiento de las localidades del pueblo Yaqui, en el 100% de las muestras se encontró la presencia de arsénico”, expone el documento en poder de Forbes México.
El agua bebida por los pobladores de Vícam Pueblo, Limones, Vícam Switch, Babojori, Casas Blancas y Casa Azul tiene arsénico en una concentración de 0.067 mg/l, superior al límite máximo permisible que es de 0.025 mg/l según la NOM-127-SSA1-1994 (2.7 veces por arriba del IMP).
Las localidades de Compuertas, Coracepe, Tetabiate, Bahía de Lobos, Tápiro, Rahum, Pótam, Eta, Huiribis, Guasimitas, Tórim, Babojori, Vícam Switch, Casas Blancas, Casa Azul y Loma de Bácum se abastecen de agua con niveles de arsénico que rebasan la norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los resultados de calidad del agua de norias, del acueducto Yaquis, Guaymas y pozos profundos muestran que localidades de Chumampaco, Tajimaroa, Lomita, Estación Corral, Huiribis, Pitahaya, Estación Corral, Vícam Switch, Loma de Bácum, Loma de Guamúchil, Guasimitas y Tórim muestran la presencia de plomo en una concentración superior al límite máximo permisible que es de 0.010 mg/l según la NOM-127-SSA1-1994.
El plomo encontrado en el agua bebida por esas habitantes yaquis van desde 0.027 hasta 0.076 mg/l (7.6 veces por arriba del LMP).
El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene como obra prioritaria la construcción del Acueducto Yaqui, el cual probablemente inicie su construcción el 28 de septiembre de 2021, día en que se celebrará el Día del Perdón a los pueblos originarios reprimidos y marginados desde la invasión extranjera (conquista española) y posterior a la independencia.
Por un mandato presidencial fue creada la Comisión Presidencial de Justicia para el Pueblo Yaqui, un organismo que se encarga de acompañar las demandas de los ocho pueblos yaquis y construir soluciones en ejes como la tierra y territorio, agua y medio ambiente, y el fortalecimiento de la cultura y la identidad del pueblo yaqui.
La resistencia yaqui
A la legada, los españoles dieron el nombre del río a los pobladores que habitaban en sus vegas. A fin de integrarlos, los misioneros fundaron ocho pueblos de misión a lo largo del río, los cuales funcionan en la actualidad bajo un esquema territorial, político y religioso, aunque mermados en territorio y el acceso al agua del río que ha sido sustento de recursos naturales y simbólicos a lo largo de su historia.
El pueblo Yaqui es una de las sociedades indígenas más resistentes, ya que ha enfrentado las complejas y conflictivas relaciones interétnicas desde la llegada de los españoles a su territorio en 1533 hasta la actualidad.
También ha enfrentado múltiples conflictos que les han dado una gran capacidad de organización y el uso de algunos de sus aspectos culturales y lingüísticos como herramientas eficaces en la conformación de sus recursos identitarios, además de ser fundamentales al practicar su etnicidad en situaciones de crisis.
Desde la colonia los españoles se dieron cuenta de las posibilidades económicas al explotar la fértil tierra de cultivo aprovechando el agua del río. Más adelante políticos y empresarios pusieron en marcha campañas para despojar de su tierra y agua a los Yaquis, que trajo como consecuencia una lucha permanente para tratar de proteger un territorio que el grupo indígena considera sagrado. Esta situación se vio agravada desde la construcción de las presas que contienen el agua del río.
A pesar de su intensa lucha, fueron despojados de su territorio y sólo a partir del decreto promulgado en 1940 por el presidente Lázaro Cárdenas recuperaron un tercio de su espacio territorial original y el derecho de acceso al 50 por ciento de las aguas de la presa La Angostura y los escurrimientos del río Yaqui.
El decreto no ha sido respetado por las autoridades, que han reducido de manera constante el derecho al agua de la tribu, además de que con la implementación de la extracción del agua del río Yaqui a través del acueducto Independencia limitan aún más el acceso de los Yaquis al uso del vital líquido. La lucha de los Yaquis ha estado ligada fuertemente a lo que consideran su territorio ancestral.
“En la actualidad, los ríos se encuentran en serios problemas debido a la fuerte reducción del caudal de agua del afluente, lo cual conlleva una pérdida acentuada de la fuente de recursos que antaño representaba uno de los emblemas identitarios más importantes de su cultura”, dice el estudio realizado a pedido de la Conagua.
“La crítica pérdida de recursos experimentada por los yoemem en las últimas décadas se debe al control del flujo de agua del río y sus afluentes mediante el sistema de presas”, dice el documento.
La obra
Conagua detectó que hay un déficit en el volumen de agua potable para abastecer las localidades que habitan la población Yaqui en el estado de Sonora.
Adicionalmente, el acuífero San José de Guaymas, donde se extrae el agua para los Yaquis, registra fuertes problemas de abatimiento y sobre explotación de volúmenes muy superiores a la recarga.
Para llevar agua a los yaquis harán una toma directa tipo torre dentro del embalse de la presa Oviachic. Ahí se hará una torre de 55 metros de altura y con un ancho de 10 metros y un largo de 13 metros para alojar un área de vigilancia, el centro de control y los equipos de bombeo.
La torre en la presa Oviachic se conectará a la base del cerro que está en la margen derecha de la presa Álvaro Obregón, por medio de un puente que tiene una longitud de aproximadamente 150 metros. Ahí llega un camino de acceso que se tendría que construir y conectar a un camino de acceso existente para llegar a la planta potabilizadora que está a una distancia de 3.2 km.
La planta potabilizadora tendrá un tren de tratamiento para obtener agua potable de acuerdo a la NOM-127-SSA-1994 con una superficie de construcción cercana a las 1.5 hectáreas.
El proceso de tratamiento inicia con la captación de agua cruda, la cual es succionada por equipos de bombeo y transportada al clarificador donde se llevarán a cabo los procesos de floculación y sedimentación. Después pasará por un primer filtro de zeolita y se lleva el producto a un tanque de agua filtrada, después se vuelve a pasar por más filtros de zeolita para eliminar el manganeso.
“Si existiera mal olor, pasará por una estructura de desgasificación para eliminar los malos olores. Posteriormente, el agua potabilizada será conducida al acueducto, que es la tercera estructura del sistema de abastecimiento”, explica Conagua.
El Acueducto Yaqui tendrá una longitud cercana a los 165.75 km y estará constituido por tuberías de PEAD (Polietileno de alta densidad), que van enterradas.
Durante el trayecto de esta conducción y por su longitud es necesario colocar 2 plantas de Bombeo; con la capacidad de conducir 200 l/s, para poder suministrar el líquido en la cantidad, calidad y presión adecuadas a cada una de las localidades beneficiarias.
También se construirán unos ramales con una extensión cercana a 113.63 km que se derivarán del acueducto para suministrar el servicio a las comunidades donde no llega el acueducto.
La capacidad instalada de la infraestructura será de 200 litros por segundo, lo cual garantiza cubrir la demanda de agua potable para las 50 comunidades del pueblo Yaqui.
La vida útil del Sistema de Abastecimiento de Agua Potable Intermunicipal para Comunidades Yaquis es de 30 años y se considera que inicie operaciones en 2024, una vez que se concluya la construcción de la planta potabilizadora y las obras de conducción.
Información por FORBES