COVID 19 EN MAZATLÁN ¿Cómo empezó a propagarse?

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 Enrique Vega Ayala

Cronista oficial de Mazatlán

Rastrear la llegada de la pandemia a estas playas no resulta sencillo. La base de datos de la Secretaría de Salud ofrece solo dos pistas respecto a su arribo a la geografía municipal: la fecha de inicio de los síntomas que refiere cada paciente registrado y la mención de un contacto previo con otro caso afectado por las mismas dolencias.

Aspectos que, en todo caso, aluden a temporalidad no a la procedencia. Con esos datos, correlacionados con información periodística sobre la pandemia en la localidad, se pueden trazar algunas posibles explicaciones sobre cómo empezó a propagarse el virus en la localidad. Hechos A fines de febrero, en algunos rumores se filtró, sin llegar a verificarse, que había estado en Mazatlán el primer portador de Covid19 detectado en Sinaloa (el huesped del Hotel Lucerna).

Durante la semana del 8 al 14 de marzo se realizaron diversos eventos como parte de la Conmemoración del 140 aniversario de la Escuela Náutica. A los días del cierre de esos actos, corrió una versión según la cual un invitado nayarita a esos eventos, al dar positivo para covid19 en su tierra, aludió a la posibilidad de haberla adquirido en su visita a Mazatlán. La “semana de la moto” y “la exhibición de autos y camionetas antiguos y modificadas”, durante el fin de semana largo del 13 al 16 de marzo, por anticipado y dado el escenario que ya se vivía, fueron señaldas como posible focos de contagio, sin que aparentemente sucediera nada.

Más tarde la alarma se encendió cuando se supo que 21 personas habían dado positivo al coronavirus a bordo del crucero Grand Princess al concluir el viaje por la costa mexicana del Pacífico, con escala en Mazatlán el 17 de febrero y, días después cuando se informó de la muerte, en San Francisco, de uno de esos afectados. La pandemia en los cruceros alrededor del mundo tocaba la puerta por donde otras epidemias ya se habían colado. Esa alerta tuvo consecuencias.

El 10 de marzo se tenía prevista la visita de tres cruceros turísticos, conforme lo programado para los martes de enero, marzo y abril, según la bitácora de la Administración Portuaria Integral (API), pero desde ese día las empresas navieras cancelaron los viajes. El último en llegar había sido el Norwegian Joy, el 4 de marzo. Un día antes, en martes de triple arribo, habían estado aquí el Royal Princess, el Carnival Panorama y el Oosterdam.

Las redes sociales porteñas se sacudieron en los días siguientes con el bulo sobre médicos vecinos, contagiados en Italia, que en condición de asintomáticos habrían esparcido el mal por quirófanos, consultorios y otras áreas de instituciones públicas y privadas, así como entre sus familiares y amigos. Finalmente, por supuesto, han impactado en la gráfica de expansión de la pandemia a nivel local las medidas de confinamiento socialmente adoptadas y las restrictivas gubernamentales como la cancelación de clases, oficialmente fijada para el 20 pero adelantada por varias escuelas a partir del 17 de marzo; el cierre de hoteles, que inició voluntariamente el Aguamarina el 23, pero, impuesta por la autoridad desde el 1 de abril; y el cierre de playas que opera taxativamente desde el fin de semana siguiente (3 de abril).

Datos

Por otro lado, los datos oficiales sobre la expansión de los contagios, a partir de los primeros síntomas indican lo siguiente: A partir del 14 de marzo empezó a presentarse diariamente al menos un caso que ameritó registro en la base de datos. El primer salto en los números se da el 18 de marzo cuando se anotaron 5 pacientes. No bajó de cuatro cada uno de los siguientes días. Sube hasta 8 el 22 de marzo y a partir del veinticuatro la cifra alcanza dos dígitos, con 10.

El 31 de marzo llega a su máximo, hasta hoy, según el dato de inicio del malestar referido por 21 personas. Sólo en uno de los primeros casos el afectado señaló que había estado en contacto con otra persona con dolencias similares. Los demás no recordaron trato previo con alguien que pudiera haber estado contagiado. El 82.1% de los registrados aluden el inicio de la sintomatología justo en alguno de esos 18 días (del 14 al 31 de marzo).

Conclusiones

La base para establecer las conexiones posibles entre los datos y los hechos está en las estimaciones sobre la duración del «período de incubación» (entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la Covid19), de 1 a 14 días, que algunos sitúan en 5 a 7 días; frente al calendario de eventos ya descrito.

En consecuencia, es poco probable que la estancia de los últimos cruceros el 3 y 4 de marzo, haya provocado contagios; si alguno de los turistas venía asintomático fue mínima la consecuencia de sus contactos; en los catorce días posteriores fue escaso el número de personas registradas por empezar con indicios de ese mal.

En cambio, las celebraciones dentro de la semana del 9 al 15 de marzo y del “puente” mismo, así como la alta afluencia de vacacionistas típico de esos asuetos, 3 pudieron ser parte significativa del proceso de entrada del virus en Mazatlán; en los siguientes 14 días, después de los espectáculos masivos, festejos playeros y convivencias nocturnas, se desencadenó el desarrollo exponencial de los contagios por contacto inicial y luego en forma “casera”.

Las acciones adoptadas para la contención de la pandemia desde la sociedad (quédate en casa, cierre inicial de hoteles y algunos negocios, altruismo), a pesar de no haberse generalizado y las ordenadas por las autoridades (suspensión de clases y de la temporada turística), respaldadas por la presencia de la fuerza pública, parecen favorecer en nuestro ámbito municipal para que, a la fecha, la curva de evolución del Covid19 en Mazatlán sea un poco menos pronunciada respecto a la nacional y la de la entidad. De acuerdo con los especialistas, los contagios no van a parar de un día para otro; pero no se puede relajar el comportamiento social ni la autoridad puede permitirse el lujo de propiciar que se baje la guardia.