Con ‘muro marino’ buscan proteger a la vaquita marina de pescadores furtivos

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La Semar propuso este muro de concreto para cercar la Zona de Cero Tolerancia y atrapar las arte de pesca ilegales que son usadas para capturar a la Totoaba.

 

Con el fin de dar respuesta a la comunidad internacional que demanda resultados más allá de cifras y estadísticas en la conservación de la vaquita marina, la Secretaría de Marina (Semar), anunció la puesta en marcha de un proyecto que busca cercar la llamada Zona de Cero Tolerancia, con un muro de concreto equipado con ganchos de acero para retener las redes prohibidas.

Durante la reunión del Grupo Intragubernamental sobre la Sustentabilidad en el Alto Golfo de California (GIS), realizada a puerta cerrada en el sector naval de San Felipe, Baja California, la Semar presentó la propuesta «Sembrado de Bloques de Concreto en la Zona de Cero Tolerancia», que es el último bastión de la vaquita marina en un polígono de 12 x 24 kilómetros, donde no debería haber siquiera tránsito de embarcaciones.

La idea es colocar 193 bloques de concreto en el lecho marino, que ya están siendo sometidos a pruebas de resistencia, a una distancia de 800 metros y un kilómetro, con ganchos de acero, que atraparían las artes de pesca ilegales utilizadas para capturar a la Totoaba, pero también camarón, curvina, chano y sierra.

 

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El muro marino es visto como una «solución parcial» a la grave problemática de pesca furtiva en el Alto Golfo de California y como una «medida concreta» para acallar las voces internacionales que piden más sanciones comerciales contra México por la falta de resultados en la protección de la vaquita marina y el combate a la captura ilegal de pez Totoaba.

Además, para evitar el desgaste del personal de la Semar que patrulla la zona y que según en sus propias palabras, resulta insuficiente para evitar que las 5 mil embarcaciones menores (pangas) que se mueven en el área ingresen a la Zona de Cero Tolerancia.

En el encuentro presidido por la titular de la Semarnat, María Luisa Albores, y la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, y el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, los pescadores organizados advirtieron que las redes de enmalle atrapadas en el muro de concreto y los ganchos de acero se convertirían de igual forma en una trampa mortal para las especies que justo se quieren proteger.

Además, Carlos Alberto Tirado, dirigente del sector en Santa Clara, Sonora, advirtió que las pangas que deberían estar en el mar son sólo mil, y las otras 4 mil que reporta la Marina son ilegales, por lo que urge que el gobierno invierta en tecnología para monitorear a las embarcaciones que tienen permiso.

Dijo que sólo así se puede acabar con el problema, porque en caso contrario se seguirá «echando puro rollo» y las pesquerías de la región continuarán embargadas por Estados Unidos, como ocurre desde agosto de 2018, por la presencia de pesca ilegal.

Encuentros acústicos 

Al retomar las reuniones del GIS, luego de ocho meses de receso, María Luisa Albores, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dio a conocer que el pasado 10 de abril se registró la presencia de vaquita marina en el Alto Golfo de California gracias a detectores acústicos (hidrófonos) que fueron lanzados en tres sitios distintos.

Reveló que está vigente la convocatoria para realizar el monitoreo acústico de la especie en 55 sitios dentro de la Zona de Cero Tolerancia, que se realizará de julio a noviembre en mareas muertas para evitar el robo de equipos.

María Luisa Albores prometió ver con la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat la posibilidad de abrir granjas de Totoaba criada en cautiverio como una opción productiva para las comunidades pesqueras de la región.

Con información de Excelsior