- Estos trastornos se pueden presentar tanto en niños como en adultos
- Las horas de sueño son necesarias para estabilizar y mantener el equilibrio del cuerpo y cada una de sus funciones
Dormir entre seis y ocho horas diarias, establecer una hora fija para ir a la cama, evitar mirar televisión por periodos prolongados o escuchar música estridente, así como mantener un ambiente de luz y temperatura agradable y propicio durante la noche, son algunas de las recomendaciones para lograr una mejor calidad de sueño.
El coordinador de Atención y Prevención a la Salud, Natividad Salomón Medina Carrillo, informó que el sueño sano es esencial para la salud y el desarrollo de las personas.
Detalló que para tener una adecuada vida productiva durante el día, tanto en lo laboral como en lo personal, es necesario que una persona adulta duerma de cinco a ocho horas diarias, mientras que un niño o niña de edad escolar requiere entre seis y nueve horas para reponer la energía necesaria para su organismo.
Medina Carrillo señaló que las horas de sueño son necesarias para estabilizar y mantener el equilibrio del cuerpo y cada una de sus funciones, aunado a que el organismo ingresa a una etapa de tranquilidad que garantiza el descanso y reposición de energía para el día siguiente.
Cuando una persona duerme mal, explicó, regularmente tiene alguna inestabilidad orgánica, funcional o emocional, la cual se manifiesta a través de distintos síntomas y padecimientos denominados trastornos del sueño, por lo que es de vital importancia el respeto a las horas de descanso.
Resaltó que cuando las niñas y los niños duermen entre seis y ocho horas al día, son menos propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad, por ello, es importante que en el ámbito familiar ayuden a sus hijos a desarrollar buenos hábitos de sueño desde temprana edad.
Para lograr un “buen sueño”, el coordinador Médico del Seguro Social recomendó los siguientes hábitos: cenar temprano, por la tarde-noche café, té negro, refrescos de cola, chocolate y tabaco, evitar la grasa en las comidas y cenas, caminar de 15 a 30 minutos después de una cena abundante, mantener una hora estipulada para irse a dormir y hacerlo con ropa cómoda y holgada.
Asimismo, evitar dormirse con la radio, televisión o celular encendidos, tratar de dormir sin ruido ni luz, evitar la siesta durante la tarde, evitar el ejercicio durante la noche, ejercitarse durante el día, evitando la vida sedentaria, el consumo de tabaco, alcohol y el sobrepeso.
El médico del IMSS hizo hincapié en que es posible que de no llevar buenos hábitos, se presenten trastornos del sueño, como son: roncopatía (ronquido) apnea (dificultad para respirar). El estrés también altera el patrón del sueño y puede producir insomnio o somnolencia.
Otros signos de trastornos del sueño en personas adultas, son: cansancio o fatiga, cambios de humor o agresividad, dolor de cabeza (cefalea), baja productividad intelectual, laboral y sexual.
Comentó que al no lograr un sueño de calidad, la población infantil está expuesta a ser más irritable, agresiva, con fatiga exagerada y a presentar somnolencia durante el día, lo que condiciona la falta de atención en sus actividades escolares y bajo rendimiento.
Ante la sospecha de un trastorno del sueño, tanto en menores como en adultos, lo ideal es no auto-medicarse y acudir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para ser valorado y recibir el tratamiento que corresponda a su padecimiento.