El Senado designará entre Diana Álvarez Maury, Ana Laura Magaloni y Margarita Ríos-Farjat, la nueva ministra de la SCJN, vacante dejada por Eduardo Medina-Mora.
Tras escuchar la comparecencia de Margarita Ríos-Farjat, Diana Álvarez Maury y Ana Laura Magaloni, comisiones del Senado de la República aprobaron el dictamen de elegibilidad de las tres candidatas a ocupar un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), vacante dejada por el ministro Eduardo Medina-Mora.
Las integrantes de la terna aseguraron, en sus respectivas exposiciones, la autonomía del Poder Judicial y coincidieron en la necesidad de que el máximo tribunal asuma su papel histórico en esta transición, al manifestarse, por ejemplo, a favor de la despenailzación del aborto, así como una regulación en el consumo de canabbis, entre otros temas.
Resolver sin favoritismos, ofrece Diana Álvarez a ministra de Corte
Diana Álvarez Maury, aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ofreció resolver los asuntos sin permitir “ningún tipo de influencia” y se pronunció porque el máximo tribunal del país sea cercano a la gente.
Afirmó que la justicia es humana y que el máximo tribunal debe abrir las puertas a la gente, a la visión y expectativa de todas las personas, grupos y comunidades, porque las leyes sin adhesiones y sin entusiasmo “están vacías”.
“Los entusiasmos sin convicciones y voluntad de justicia son quimera. México requiere de una justicia más abierta, la escucha directa, el contacto con las personas y no sólo con los papeles o con el litigante; las resoluciones de conflictos deben dar más soluciones que problemas”, dijo.
Ante los senadores de la Comisión de Justicia señaló que no basta con respetar el debido proceso, sino también a las personas, a su tiempo, a su dolor y a su anhelo de justicia.
Aclaró que no tiene vínculos con personas, partidos o grupos que pudieran influir en sus decisiones, si llegara a ser elegida ministra de la SCJN.
“Soy, y siempre he sido, una mujer profesional, independiente e imparcial. No tengo intereses personales, partidistas o de grupo que pudieran influir en mis decisiones, nunca los he tenido, podré resolver los asuntos y no permitir que ningún tipo de influencia, favoritismo o prejuicio afecte mis determinaciones o juicio, así ha sido mi pauta de comportamiento y así será siempre”, expuso.
Álvarez Maury afirmó que cree en la justicia y que México es sin duda un país de leyes, pero también de injusticias, por lo que resaltó lo fundamental que es el respeto a los derechos humanos.
Al exponer su propuesta sobre la razón por la que aspira a ser ministra de la Corte, indicó que justicia es evolución y la SCJN debe ser fuente de estabilidad y paz, pero también motor de cambio social a través de criterios y soluciones que impriman dinamismo a la Constitución y le den vigencia, actualidad y eficacia a valores y principios que son los del pueblo de México.
Álvarez Maury indicó que la justicia es de pares y ella ve una corte de iguales que se empeña en alcanzar la máxima de ser juzgado por pares, no por entes distantes, pues resaltó que una ministra debe ser jurista de profesión y humanista de vocación, demócrata por convicción.
Propuso impulsar la productividad de la Corte para resolver los asuntos, y consideró importante proponer dedicar dos días para sesiones de salas y dos para sesiones plenarias, para aumentar la productividad, y sobre todo mejorar la oportunidad y la resolución de los asuntos de la Corte, además de que debe incrementarse la capacitación y la retroalimentación entre poderes.
‘No voy por el sueldo’, afirma Magaloni
Ana Laura Magaloni Kerpel, aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ofreció abrir las instituciones de justicia a quienes “viven sin la protección de la ley”, y se dijo dispuesta a bajar su sueldo pues “estoy buscando servir a mi país”.
Ante senadores de la Comisión de Justicia, la doctora en derecho explicó que quiere ser ministra de la Corte para contribuir a que el máximo tribunal asuma el papel histórico que le corresponde en este México exaltado, polarizado, con tantas emociones y “tragedias a flor de piel”.
Expuso que, “en caso de ser favorecida con su voto, trabajaré en dos grandes ejes: primero acceso. Abrir las puertas de las instituciones de justicia a los millones de mexicanos que viven sin la protección de la ley”.
Subrayó a los legisladores que ella sí está dispuesta a bajar el dinero que representa la dieta que le correspondería por realizar dicho cargo al que es candidata.
En ese sentido, Magaloni Kerpel indicó que el tema central de un juez es no sólo verse, sino que sea admitido por creíble e imparcial.
“Entiendo la tensión entre la reducción de sueldos, pero yo no estoy buscando un sueldo, estoy buscando servir a mi país y ser una espléndida ministra que pueda ayudar a que este país sea más igualitario, más justo. Esa es mi causa”, afirmó.
Al hablar de su programa de trabajo, precisó que su compromiso es subsanar las deficiencias en la impartición de justicia, a emitir sentencias cortas, puntuales, comprensibles y que reconcilien el derecho con la justicia.
También comentó sobre la autonomía e independencia del Poder Judicial, y detalló que “nunca me ha movido el poder ni el dinero”, pues se definió como “una mujer de causa”.
Al comparecer como parte de las integrantes de la terna que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cámara alta para proponer a la ministra que ocupará el lugar de Eduardo Medina Mora, quien renunció en octubre pasado, Magaloni dijo que conoce a profundidad la demanda de justicia insatisfecha de México y las realidades institucionales que la perpetua.
Al respecto, se comprometió a que, si es favorecida por el voto de mayoría calificada de los senadores, será una ministra que no descansará hasta que esas demandas de justicia sean escuchadas y atendidas.
“Vivimos en un país injusto, un México atravesado por la desigualdad, por el privilegio, por el conflicto y por la incertidumbre. Azotado por la violencia y la corrupción, es decir por la arbitrariedad de la ley del más fuerte. Un México partido, en el que la justicia lleva demasiado tiempo torcida”, expuso.
Consideró que lo anterior ha propiciado que, como pocos momentos en la historia, exista un amplio respaldo social sobre la necesidad de que el Estado recupere el espacio que han ocupado la violencia y la corrupción.
En su opinión, se necesita una Corte que pacifique, que explique, que convenza y que entienda bien el contexto social y político en el que estamos inmersos.
Por ello consideró que la SCJN debe ser una aliada de aquellos que impulsan la transformación de estas instituciones que atienden la demanda de justicia a “ras de tierra”, defensorías públicas, fiscalías locales, comisiones de derechos humanos, juzgados de primera instancia.
“Estas instituciones necesitan una Corte que les diga cómo sí, no solamente cómo no”, aseveró.
Al señalar que impulsará que la SCJN abra sus puertas para brindar justicia a la población, indicó que “nunca, en México ha existido una reforma a la justicia que se llame y apellide acceso. Nunca nos hemos propuesto derribar las barreras de acceso de las personas en pobreza y exclusión”.
“Soy libre, no tengo compromisos”, asegura Ríos Farjat para llegar a Corte
Margarita Ríos Farjat, aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), señaló que el papel de la Corte es guardar un discreto pero potente papel para paliar los excesos o abrir la brecha al cambio para posibilitar que la Constitución logre su máxima expresión.
La actual jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT) fue la tercera compareciente ante la Comisión de Justicia del Senado, de la terna que envió el presidente a la Cámara alta, donde agregó que la sociedad civil debe mejorar sus estrategias y coadyuvar al mayor desarrollo jurídico que la nación requiere.
“No tengo más compromiso que mi conciencia con seguir el ejemplo de mi padre y dar un ejemplo a mis hijos. Siempre he sido una persona libre y siempre lo seré. En mi camino he encontrado coincidencias luminosas que me infunden optimismo de que un México es posible, más justo, más equitativo y menos pobre”, expuso.
Dijo que no es la Corte la que por sí misma atraerá y resolverá los grandes problemas nacionales, también la sociedad debe contribuir judicializando aquellas demandas que, aún respaldadas en derecho, son todavía operativas.
“Bienvenido el cambio por la vía judicial. Sin embargo, no le dejemos a la Corte la enorme tarea de dotar de contenido las políticas públicas, cuando estas deben partir de la soberanía legislativa y de la Administración Pública”.
Ríos Farjat aprovechó su exposición para agradecer al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, permitirle desempeñarse en el SAT, y que nunca recibió llamadas de funcionarios para buscar beneficiar o vengarse de un contribuyente.
“Agradezco al presidente por haberme nombrado, haberme permitido trabajar dentro de los límites del sector hacendario con independencia y autonomía. Jamás he recibido una llamada suya, ni de ningún otro funcionario de su administración, solicitando ojos animosos u ojos vengativos para ningún contribuyente, a eso se llama respeto y es algo que yo antepongo siempre”, dijo.
Sin embargo, a los cuestionamientos de los senadores reveló que ha enfrentado intereses oscuros y presiones políticas en su tiempo dentro del SAT. Sin embargo, aclaró se ha mantenido firme, salvaguardando su integridad y autonomía. Y afirmó: “siempre he sido una persona libre y siempre lo seré”.
“Esta tarea no es fácil, siempre existirán intereses que presionarán para mantener un sistema de privilegios a costa de los demás, a veces del interés público mismo, mantener ese equilibrio es esencial en un país donde pocos tienen mucho y muchos tienen muy poco, donde es necesario redistribuir con equidad y justicia”, dijo.
Fuente: López Doriga