Aun y cuando las autoridades municipales reportaron una derrama económica de 750 millones de pesos, los comerciantes, restauranteros a pie de playa, reportaron que al término del carnaval sus ventas fueron regulares en comparación de años anteriores.
Y aunque durante los días en los que se realizaron los diferentes eventos que forman parte de la máxima fiesta porteña, los comercios se vieron totalmente abarrotados, los propietarios y encargados, dijeron que no fueron ventas significativas, hasta el grado que operaron con el mismo personal.
Ahora esperan que con la llegada de la Semana Santa y de Pascua, sus ingresos mejores y con ello, sus ingresos sean mejores, y poder contribuir a la generación de empleos, pues al haber demanda, tendrán la necesidad de contratar personal extra.