Julie Chávez Rodríguez, su nieta, es la nueva directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca.
Después de la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la Oficina Oval en la Casa Blanca cambió de decoración. Desde este jueves las paredes del lugar lucen retratos de los Padres Fundadores y bustos de los líderes de los derechos civiles como Rosa Parks y Martin Luther King Jr, pero lo que más llamó la atención de la prensa latinoamericana fue la escultura de bronce en honor a César Chávez que se localiza detrás del escritorio presidencial, a un lado de las fotografías personales de la familia Biden.
Chávez fue un líder campesino estadunidense de origen mexicano, quien fundó la Asociación Nacional de Campesinos en 1962 que años más tarde fue reconocido como el Sindicato Unión de Campesinos.
Tras una infancia marcada por las carencias económicas, Chávez, quien nació en Arizona, inició su carrera como activista comunitario en 1952 en un grupo que promovía los derechos civiles de los migrantes en California. Ahí dirigió campañas a favor del voto latino, pues proviene de una familia con raíces mexicanas, y durante toda su vida luchó contra la discriminación racial. Es una de las figuras más importantes en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores hispanos.
En 1994, un año después de su fallecimiento, el ex presidente Bill Clinton lo llamó El Moisés de su pueblo y le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, la más alta condecoración entregada a un civil en ese país.
Como reconocimiento a su activismo, cada 31 de marzo se conmemora El Día de César Chávez en 13 estados de la Unión Americana.
Su nieta Julie Chávez Rodríguez ha seguido sus pasos como defensora de los derechos humanos y tiene una larga trayectoria en la política estadunidense. Este jueves Joseph Biden la nombró directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, que para muchos es un símbolo de su compromiso ante los migrantes mexicanos.
Información por MILENIO