La semana pasada, el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, firmó una ley estatal con una reforma, impulsada por los conservadores, que limita el derecho a sufragar al añadir nuevos requisitos en caso de querer votar por correo y que prohíbe dar comida y bebida a los electores que esperen para depositar su papeleta, entre otras disposiciones.
El CEO de Apple destacó que en su empresa creen que debería ser más sencillo que nunca que todos los votantes puedan sufragar, en parte gracias a las facilidades que da la tecnología.
“Apoyamos los esfuerzos para garantizar que el futuro de nuestra democracia es más esperanzador e incluyente que su pasado”, afirmó.
De esta manera, el CEO de Apple se ha unido a las voces de directivos de empresas estadounidenses para rechazar la nueva legislación en Georgia.
El director ejecutivo de Coca Cola, James Quincy, se mostró el miércoles crítico con la medida en una entrevista con el canal CNBC.
“Déjenme ser claro e inequívoco, esta legislación es inaceptable, es un paso atrás y no promueve los principios que apoyamos en Georgia sobre un acceso amplio al voto, sobre lo que conviene a los votantes y las garantías a la integridad en las elecciones, y esto es francamente un paso atrás”, indicó.
Por su parte, el director ejecutivo de la aerolínea estadounidense Delta, Ed Sebastian, criticó la nueva ley en una circular interna a los empleados.
“Es evidente que la ley incluye provisiones que harán más difícil para muchos votantes que está subrepresentados, en concreto los votantes negros, ejercer su derecho constitucional para elegir a sus representantes. Está mal”, lamentó Bastian, para quien la nueva norma está basada en “la mentira” de que hubo fraude electoral en Georgia durante los comicios generales de noviembre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó la semana pasada de “ataque flagrante a la Constitución” las restricciones que los republicanos han impuesto al voto en Georgia y otros estados.
El mandatario aseguró que la normativa en Georgia es “el Jim Crow del siglo XXI”, en referencia a las normas que institucionalizaron la segregación racial en Estados Unidos a finales del siglo XIX.
Los demócratas consideran que esta ley es una reacción a los recientes triunfos electorales de su partido en ese estado, donde Biden fue el primer candidato presidencial progresista en ganar en 28 años.
Información por FORBES