Cempasúchil, Flor Prehispánica que trae las Almas de Regreso al Mundo de los Vivos

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  • México mágico de ayer y hoy

  • La “flor de los 20 pétalos”

El cempasúchil es originario de México y América Central, con un nombre que proviene del náhuatl cempohualxochitl (“flor de veinte pétalos”), nos dice Wikipedia en sus páginas sobre la ancestral historia de esta hermosa flor.

Desde la época prehispánica, era una flor sagrada para los mexicas, quienes la usaban en rituales por su asociación con el sol y para honrar a los muertos, creyendo que su color y aroma guiaban las almas de regreso al mundo de los vivos.

Con la llegada de los españoles, las tradiciones del Día de Muertos se fusionaron con las festividades católicas del Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos.

Esta flor la traen los comerciantes a Mazatlán desde el Estado de México, Guerrero o Michoacán, y en las entrevistas con porteños —sobre todo mujeres— nos cuentan que están informados y que ya tienen la costumbre de poner altares con las imágenes de los seres queridos que ya no están, pero que dejaron una huella en nuestras vidas y corazones.

En regiones y ciudades del centro del país hay altares monumentales con miles y hasta toneladas de flores de cempasúchil para honrar a los muertos. Janitzio, en Michoacán, es uno de esos pueblos mágicos con mucha historia; Xochimilco, en la Ciudad de México, también se recuerda con gran devoción esta tradición y cultura.

En Mazatlán apenas tiene unos años que esta flor empieza a llegar de color naranja, aunque hay amarillas y blancas, pero la costumbre ancestral es el naranja en los altares, en donde también se pone papel picado, las fotografías y lo que más gustaba en vida al ser amado: desde el café, el cigarro y el tequila, hasta la comida y los variados panes.

Sin duda, otra bonita y hermosa tradición que refleja, una vez más, al México mágico de ayer y de hoy.