El camarón de Escuinapa, la “perla camaronera” de Sinaloa sigue haciendo historia y más en la sencilla pero sabrosa preparación del producto cocido y una rápida salsita de limón con chiltepín en un improvisado molcajete para chuparse los dedos con nuestro buen amigo Erick, que todos los días pone muy alegre su vendimia en contra esquina del mercado “José María Pino Suárez” y con un cerro de camarones listos para llevarse a la boca.
En la entrevista con la naturalidad del sinaloense bien nacido, Erick dice que no importa de donde sea el camarón de Escuinapa o de Mazatlán porque los dos crustáceos del pacífico mexicano ya cocidos y en la bandeja botanera saben exquisitos.
Ahí mismo, en esa esquina con aparente desparpajo, pero más pendiente de agradar al “cliente”, Erick ofrece la “probadita” y de inmediato escoge un camarón de buen tamaño, lo baña en salsa y limón y pa’dentro y solamente se queda el marchante con cara satisfecha pero pensando en que faltó la pacífico heladita.
Erick vende el camarón cocido a granel y en bolsas de distintos precios. Está muy consciente de que una vez que alguien prueba el camarón, no se resiste a la compra.
Afirma que hasta los niños comen de este camarón; mucha gente que pasa no se resiste a probarlo, dice muy contento el entrevistado.