Muchachos de zonas conflictivas
reúnen en programa de prevención
basado en baile y servicio comunitario
¿Qué hacen jóvenes de la Ciudad Perdida, de la Montuosa y de Isla de la Piedra? El ambiente es agitado y ruidoso, pero de ningún modo violento. Muchachas y muchachos que no llegan a veinte años o apenas los frisan, bailan a ritmos enloquecidos ante los ojos del gabinete de seguridad del municipio.
Es un programa de Subsemun, que beca a cien chamacos para que hagan trabajo comunitario y sobre todo, para que convivan a través del ejercicio y el deporte, de modo que ellos mismos y sus amigos canalicen así sus inquietudes, en lugar de que haya salidas personales o de grupo hacia la ilegalidad.
Primero le entran todos con mucho entusiasmo, y después las mujeres y algunos de los hombres permanecen en el esfuerzo. Los muchachos del fondo prefieren sólo ver, agotados con el esfuerzo de un ritmo frenético en que los instructores parecen ajenos al calor húmedo e intenso que envuelve a la cancha de fútbol rápido de la Jumapam.
Los jóvenes platican la experiencia, la reconocen positiva, intensa y atrayente, a través del esfuerzo. El secretario de Seguridad Pública Municipal explica la mecánica, los propósitos. El coordinador del Consejo de Seguridad Municipal, Renato Ocampo Alcántar, indica que hay mucha fe en este programa que ayer tuvo su primera sesión y que seguramente, anticipan, ofrecerá magníficos resultados.
Ocampo, treinta años mayor que la mayoría de los muchachos, se echó sus pasos de salsa al frente del grupo. Y no lo hizo mal, aunque fue breve.
