Jorge González Naranjo, gerente general de la Jumapam, señala que cuando se repara una fuga de agua se deja un montón de tierra y a veces piedras porque las señalizaciones se las roban, pero además el material de escombro que sale de esa obra ya no sirve y hay que reponer con nueva tierra o balastre, además del concreto hasta arriba para terminar de cubrir el trabajo. Admite rezagos en la paramunicipal, que no tiene presupuesto suficiente y que hay baches sin tapar desde tres hasta cinco años de antigüedad.
En los últimos días Sinaloa en Línea tuvo muchas llamadas por quejas de reparaciones de fuga de agua, pero con meses en que no se tapaban con el riesgo para los niños y hasta para las unidades motoras por no existir señales de una obra en esa calle o avenida.
Dijo que las fugas de agua no se pueden programar para su reparación sino que se busca de inmediato dar solución para que no se pierda tanta agua, pero el bacheo tarda en su programación y hacer ruta de trabajo, reparar y esperar el fraguado del cemento.
El gerente general de la Jumapam no rechazó la cifra de que puedan ser hasta 50 fugas de agua por día, es decir medio centenar de problemas y muchos litros de agua que se desperdicia.