*Es un tema de salud pública
*Se necesita el respaldo de las autoridades
En los últimos años, se ha presentado un alarmante incremento en casos de maltrato, violencia y abandono animal en el país, lo que deja en evidencia la necesidad de medidas más efectivas para proteger a estos animales vulnerables, y la pandemia ha sido señalada como un factor que ha causado este problema.
Lo anterior ha llevado a la aprobación de reformas en el código penal y la ley de protección animal, sin embargo, a pesar de estos cambios, la falta de implementación a nivel municipal ha permitido que muchos de los perpetradores queden impunes.
Al respecto la presidenta de la Fundación Laika, Rebeca Alejandra Uriarte Ordoñez, expresó su preocupación sobre esta situación y agregó que, a pesar de las reformas legales, los ayuntamientos no han establecido los mecanismos administrativos necesarios para hacer cumplir las sanciones estipuladas por ley contra aquellos que maltratan o violentan a los animales.
“Este vacío en la implementación ha dejado una brecha que permite que el maltrato animal continúe sin consecuencias reales”, indicó.
Una de las problemáticas adicionales, añadió, es la falta de denuncias precisas por parte de testigos presenciales de maltrato animal.
Uriarte Ordoñez destacó que muchos individuos no denuncian de manera adecuada, lo que a su vez afecta el proceso legal, y esto conduce a que no se pueda avanzar y se prevalezca la impunidad.
La activista subrayó, que algunos ciudadanos se han convertido en actores de cambio, ya que toman medidas para rescatar a los animales en peligro, incluso sin la intervención de las autoridades, sin embargo, estas acciones a menudo enfrentan amenazas y represalias, las que ella ha experimentado en carne propia.
Además, resaltó la urgente necesidad de que haya respaldo por parte de la Fiscalía, así como de la policía estatal y municipal para garantizar la seguridad de aquellos que luchan por los derechos de los animales.
Uriarte Ordoñez argumentó que, el maltrato animal se ha convertido en un tema de salud pública, pues la disminución de la sobrepoblación animal y la identificación de desequilibrios emocionales y mentales en quienes cometen actos de crueldad animal resaltan la necesidad de abordar este tema desde una perspectiva más amplia que involucre educación y valores.
