Luis Videgaray indicó que tras los años de servicio junto a Peña Nieto se iniciará una etapa diferente, lejos de la política.
Luis Videgaray, actual Canciller anunció su retiro de la política al terminar el sexenio de Enrique Peña Nieto, junto a quien ha permanecido por los últimos años.
En conferencia de prensa por la inauguración de la Casa de México en Madrid, el funcionario habló sobre lo que le espera una vez terminado el mandato de Peña Nieto.
“He pasado 13 años continuos en política y servicio público y (al acabar el gobierno de Peña Nieto) para mí termina un periodo de oportunidades de servicio público, orgulloso de ser parte del equipo del presidente, y se iniciará una etapa diferente lejos de la política y el servicio público”, dijo.
Para Videgaray Caso, quien primero se desempeñó como Secretario de Hacienda y después de Relaciones Exteriores, ha enfrentado adversidades, pero también logró una transformación con importantes reformas que tendrán efecto a largo plazo.
“Hay asignaturas de gobierno que no tienen los resultados esperados, como lo dijo el presidente en su reciente informe de gobierno, por ejemplo con el tema de la seguridad pública y la violencia”, expuso.
“Hay cosas que no tuvieron los resultados esperados y hay que reconocerlas; es parte de la madurez democrática que los actores que coparticipamos en política hablemos más allá de la propaganda”.
Lo que no mencionó es que tanto Peña Nieto como él son los dos “apestados” del PRI, como indicó hace días el columnista Salvador García Soto.
“Luis Videgaray, el canciller y alter ego del Presidente, que tras la derrota en las elecciones son los apestados en el PRI. Hasta el final quisieron deshacerse de él —como cambiarle el lugar en la lista de plurinominales para que no alcanzara escaño—, pero no pudieron”, dijo el columnista en el texto titulado El (muy) solitario del Palacio.
Parece que Videgaray se jugó sus cartas fuertes con la postulación de José Antonio Meade como candidato priista a la candidatura, y el duro golpe del fracaso en la elección presidencial lo dejará sin partido, sin puesto y hasta le hará retirarse; lo bueno del caso, es que dijo, dedicará más tiempo a su familia.