Anécdotas de este reportero: Fernando Zepeda H.

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La línea que se dejó de investigar en el caso Valle Lucero

Corría el mes de marzo de 1995. El estado era gobernado por Antonio Toledo Corro. Era uno de los sexenios violentos en donde el punto distintivo era que en las fiestas se mezclaban tanto delincuentes como jefes policiacos y hasta elementos del ejército. Para este reportero le resultaba difícil identificar quienes eran los buenos y cuales los malos. Todos convivían y bebían como si nada sucediera y en medio de una gran supuesta camaradería. Pero la historia de hoy es de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El 23 de marzo de 1995 fue encontrado en su casa ubicada por la calle Morelos por los rumbos del Cerro de la Nevería, tirado a un costado de su cama en una habitación cerrada por dentro, el entonces Vicerrector de la UAS zona sur Ignacio del Valle Lucero. Presentaba un disparo en la cabeza y aún estaba con vida, pero inconsciente cuando fue encontrado. Fue traslado al Seguro Social donde permaneció en coma y terapia intensiva cinco días.

El hecho sacudió a muchos universitarios que permanecieron afuera del hospital hasta que se dio a conocer que Ignacio del Valle Lucero había dejado de existir. Los hechos, las indagatorias, la reconstrucción de como Nacho del Valle con la herida de bala en su cabeza tuvo los arrestos de subir al segundo piso de su casa, entrar a su recamara y ponerle el cerrojo por dentro. Este reportero siguió muy de cerca las indagatorias. Los peritajes que se practicaron. Las pruebas que se encontraron en la casa del Vicerrector. Y junto con el entonces Subprocurador de Justicia en la zona sur Luis Zúñiga Vizcarra (quien hace tres días falleció en Culiacán) se me permitió tener acceso a los avances de la investigación y hasta un croquis elaborado por los peritos que detallaron el momento en el que Ignacio del Valle abrió la puerta de su casa “a alguien” y le disparó.

La presión contra el Gobernador y el entonces Procurador de Justicia Roberto Pérez Jacobo era tanto de los medios de comunicación como de la comunidad universitaria, particularmente de la zona sur. Para las autoridades era prioridad resolver el caso. Sea como sea. Para eso no podían esperar mucho y menos que se cumpliera un año del asesinato sin tener responsables. Así fue como encontraron dos chivos expiatorios. Dos jóvenes uno de nombre Santos Alberto López y el otro Cuauhtémoc Rivera. La sorpresa indignó a todos cuando la autoridad armó un teatro estableciendo como móvil la supuesta homosexualidad de Ignacio del Valle. ¡Increíble!. Nada que ver. Nacho fue amigo de este reportero.

En varias ocasiones nos vimos y compartimos cervezas en el famoso Son-Sin (cantina que estaba ubicada en el centro). Si algo tenía Nacho era que tenía suerte con las mujeres. En el mismo expediente que tenemos se da cuenta de por lo menos cinco declaraciones de mujeres que habían tenido relación con él. Algunas estaban casadas y sus esposos también declararon ante el Ministerio Público.

Como reportero, la versión armada por la autoridad no me convenció. Como amigo de Nacho sentía la obligación moral de seguir investigando el caso, porque tenía la certeza de que no era por ahí. Una y otra vez este reportero acudió a platicar con Luis Zúñiga Vizcarra. Algunas veces (la mayoría) en las oficinas de la Subprocuraduría ubicadas en el segundo piso de la Unidad Administrativa. Otras en un restaurante con un café de por medio. Mi inconformidad la lleve hasta con el Procurador Roberto Pérez Jacobo que me dijo: “Mira Zepeda, dile a Luis que te informe de las líneas de investigación que se siguieron”. Yo le respondí que lo que más interesaba era saber las líneas que no se siguieron y porqué no lo hicieron.

Ya con Luis Zúñiga poco a poco fui conociendo de primera mano una de las “líneas de investigación” que no se continuaron. Esa era la que apuntaba hacia el interior de la UAS. Quien en aquellos momentos era el Rector es hoy el Gobernador Rubén Rocha Moya. Meny Guerrero (quien lanzará como candidato a diputado local) se desempeñaba en una dirección administrativa. Nacho Valle ya nos había comentado que mantenía relaciones muy tirantes con la rectoría. Algo no andaba bien en sus relaciones. Un dato encontrado en la casa de Nacho fue un block de notas. Ahí aparecía un nombre: “AARON”. Junto al nombre otros signos ilegibles. El Ministerio Pública había ordenado que se realizara un estudio que permitiera si Nacho del Valle escribió ese nombre después de haber recibido el balazo y encerrarse en su recamara. Supuestamente el block de notas se remitió a laboratorio. Pero no hubo más registros.

En aquel entonces Aarón Quintero se desempeñaba como líder del sindicato universitarios. Insistí con el Subprocurador sobre esta “línea”. ¿Porqué no la investigaron?. ¿Por qué no llamaron al dirigente sindical de la UAS para que aclarara si había acudido el día de los hechos a verse con Nacho?. El asesinato de Nacho del Valle lo sepultaron con toda clase de especulaciones. Que iban desde su supuesta homosexualidad hasta pasar por la comercialización ilegal de larvas de camarón con un grupo de sus allegados de la Escuela de Ciencias del Mar. Pero las autoridades tuvieron especial cuidado de enterrar la “línea de investigación” que apuntaba hacia la Universidad Autónoma de Sinaloa.

En corto el buen amigo Luis Zúñiga Vizcarra nos comentaba no había encontrado eco con sus superiores para seguir “la línea” que iba hacia la UAS. Y en plan sincero nos compartió que él en lo personal no coincidía con el supuesto “móvil” del asesinato. La hermana de Ignacio del Valle Lucero, Oralia acudió a la Comisión de Derechos Humanos en Sinaloa. Se emitió la recomendación 20/96. Ahí se demandó explicaciones de porque la autoridad dejó de investigar líneas de investigación y se insistía con el absurdo de la homosexualidad.

A 29 años del asesinato de Ignacio del Valle Lucero, permanecen muchas “lagunas” sobre la investigación que se realizó. Y la sospecha de que su asesinato pudo haber tenido su origen en disputas internas de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Tres de aquellos personajes que hoy están vigentes son Rubén Rocha Moya que en aquel entonces se desempeña como Rector de la UAS, Aarón Quintero, que hoy ocupa un cargo en el gabinete estatal y Meny Guerrero que parece será lanzado como candidato a diputado local. Podrían ellos tener su propia versión. La que comentamos nosotros, es una anécdota de este reportero que le tocó vivir por su cercanía que teníamos con el entonces Subprocurador Luis Zúñiga Vizcarra, con el entonces Procurador Roberto Pérez Jacobo y con un elemento clave en la investigación Jay Adams Plomosa.