ELIO EDGARDO MILLÁN
Amor fati es traducido como amor al destino. Esta frase se utiliza para describir la actitud de quien ve todo cuanto le sucede en la vida, incluido el sufrimiento y la pérdida, como positivo. El destino aquí no debe ser entendido como un escrip que el hombre debe seguir por que esta escrito de antemano por alguna mano divina, sino al destino que nosotros nos forjamos dentro de nuestros límites biológicos y culturales, aspectos en los que ocurre el interjuego las leyes inescrutables del azar, en el cual juega un importante papel la ecología de la acción.
Pongamos por caso la conservación de la especie. Nuestra especie quizá ya hubiera desaparecido si el deseo o el deseo más ferviente hubiera tomado la nariz por asalto y provocase un súper beso, casi orgásmico, como acostumbran algunas tribus esquimales; en vez de los genitales y sus adminículos siempre dispuestos a la procreación, porque el pene y la vagina -que según Freud son los órganos más feos del cuerpo- se concentran las mayores y complejas nervaduras que generaran, según los biólogos y psicólogos, el mayor deseo del oscuro objeto del deseo. Por cierto el deseo en este menester se ha vuelto instintivo, ¿inconsciente?
Hoy nadie en su santo juicio copula para tener hijos, o cuando menos no en el caso de la mayoría. Es simplemente impulso febril, un deseo voraz que nos arrastra ayuntar nuestra carne con la carne ajena. Pero el hombre a través de la ciencia y la cultura le han puesto puesto límites a las veloces alas de la cigüeña, a través de una serie de dispositivos, donde el condón sigue siendo el más popular, entre más de una veintena de ellos. Pero a ello se ha agregado a higiene en esa parte donde están las partes se ha multiplicado, entre otras bondades.
Este “nuevo corte de la temporalidad de la procreación” ha permitido no sólo el aumento de la sexualidad “segura”, además ésta se ha vuelto un arte a través del erotismo y de arraigo mediante el amor. ¿Pero esta transgresión a natura, dicho en otro sentido, no conducirán a nuestra especie a la extinción? Existen ya muchos países en Occidente en el que son más los abuelos que sus nietos. Si bien ahora poblamos el mundo 7550 millones según la ONU en el 2017, pero la tendencia mundial a una disminución de la población nos pone en serios aprietos.