Alonso Puerta Dice que se Negó a “Corruptelas de Juan José Arellano” para Presionar a Empresarios Locales con Denuncias

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*Reconoce contrato con Grupo AREH

*Juicio de los 400 millones “va para largo”

*No teme por su vida; no habla de atentado

Jesús Alonso Puerto Sánchez, propietario de Azteca Ligthing, reconoce que su “detención ilegal” hace días se debe a un conflicto con el presidente del Grupo AREH, Juan José Arellano, por un contrato de lámparas por más de un millón de dólares y que el juicio seguirá en los juzgados. Dijo que se negó a “ser parte de las corruptelas de Juan José Arellano para presionar a empresarios honorables locales con denuncias”.

Afirmó que “no teme por su vida”, que no quiere pensar más allá que su volcadura en un carro, haya sido un atentado. “Quiero seguir siendo el empresario que ilumina a Mazatlán, porque aquí nací”, añadió.

En una conferencia de prensa, con una mariscada de por medio en un restaurante de la Zona Dorada, también dijo que el juicio por el contrato de los más de 400 millones de pesos con el Ayuntamiento de Mazatlán y en donde ahora el municipio exige le regresen una parte de anticipo por 60 millones de pesos, luego de una aparente rescisión del contrato, va para varios meses más porque ahora estamos en las “instancia federales”, ya no en las del estado de Sinaloa.

Y se mofó de que el ex alcalde de Mazatlán, el químico Luis Guillermo Benítez Torres, le haya dicho que él es un “pícaro”, cuando los gobiernos de Mazatlán el que hizo el mismo Benítez Torres y el actual con Edgar González, todavía no le pagan muchas lámparas que puso en las avenidas Gaviotas y Gabriel Leyva, entre otras.

Puerto Sánchez sacó a la luz pública que la esfera metálica que siendo alcalde Benítez Torres instaló en la llamada Glorieta Valentinos fue donada por él y que el químico se pavoneó que se invirtieron más de 4 millones de pesos en lo que se llamó el “globo de la muerte” y 11 millones en total con la terminación de la obra, pues la “fuente” se reconstruyó.

También salió a relucir que lo de Juan José Arellano fue una mala jugada para sacarle dinero y presionarlo a ser parte de sus “corruptelas y hacer denuncias en contra de empresarios locales”, como el dueño del terreno donde se ubica el Observatorio, en avenida del Centenario.

El empresario que dijo no “victimizarse”, negó haber tenido contratos por la adquisición de lámparas cuando el gobierno estatal de Quirino Ordaz Luna.