FRANCISCO CHIQUETE
Tiempos difíciles éstos, y no parecemos darnos cuenta.
El coronavirus avanza ante nuestros ojos, y ni la sociedad ni los líderes respondeN con la prontitud debida, aun a sabiendas que va de por medio la vida de mucha gente, de muchos de los nuestros.
Se ha difundido hasta el hartazgo la necesidad de permanecer en casa tanto como podamos, y lejos de eso, aprovechamos cada evento público para hacernos presentes. Este fin de semana miles de jóvenes y no tan jóvenes presenciaron el concierto de Caifanes, oportunidad única, no despreciable en tiempos normales, pero que hoy resultaba un verdadero desafío.
Lo mismo el desfile de las motos por el malecón. Lejos de ver el riesgo de las aglomeraciones, el debate fue sobre la participación. Veinticinco mil motociclistas, dijo el ayuntamiento, que fue parte interesada en la polémica organización; menos que en cualquier otra edición, dijeron los contrarios; el desfile de las itálikas, sostuvieron los radicales ¿y el coronavirus?
Olvidado, ‘por supuesto. Quien debió haber encabezado a la sociedad en el necesario esfuerzo de disciplina, el alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, se hizo filmar encabezando el desfile, con una manifiesta felicidad del adolescente que sale con su morrita a dar el roll.
Ejercer el gobierno tiene satisfacciones de las que pocos saben o quieren escapar. Casi todos los alcaldes se colocan a la descubierta del desfile del carnaval para que el pueblo vea lo eficaces que son encabezando fiestas (y Benítez Torres ha sido particularmente feliz en esas presunciones), pero hay momentos en que la obligación va antes que cualquier disfrute, y ésta era una gran oportunidad para mostrar preocupación, empatía al menos, frente a una situación de tan alto riesgo.
Si la semana de la moto ya estaba organizada y en marcha cuando se tomó la decisión de evitar los eventos masivos, al menos la autoridad debe dar el ejemplo de abstención.
Esperemos que para semana santa no nos salgan con una situación equivalencia. Si en la semana de la moto el alcalde se disfrazó de motociclista con el modelo de la película sesentera Nacidos para Perder, esperemos que en Semana Santa no se organice un primer chapuzón ataviado con su body de licra. Es preciso que la comunidad vea que el esfuerzo debe darse seriamente.