ALAIN DELON, morir a destiempo

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FRANCISCO CHIQUETE
¿Quién era Alain Delon?
El actor, director y productor cinematográfico francés es una muestra de que los clásicos contemporáneos son cada vez más clásicos y menos contemporáneos.

Murió extemporáneamente, a los 88 años. Si lo hubiera hecho hace 30, habría conmocionado al mundo, que aún lo tenía como ejemplo de apostura, de elegancia, de clase y de lo que entonces pegaba tanto y se definía como “hombre de mundo”.

Quizá no inauguró el carácter de delincuente simpático, pero fue el más notorio antes del Michael Corleone de Al Pacino. La película de Delon simbólicamente lleva el nombre de la prenda característica del personaje principal, un sombrero Borsalino que le daba distinción, pese a la poca monta de su nivel delictivo.


Hasta el Mazatlán de los sesenta llegó su influencia. Una tienda de ropa para turistas fue bautizada así: Borsalino, y ya desde el nombre sabías que cualquier prenda te iba a costar carísima.

Por cierto, un sombrero tipo borsalino se cotiza actualmente en 2,600, 5,800 y hasta 7,700 pesos en las tiendas en línea. Imagínese en las departamentales europeas de más caché.

Casi todas sus películas llegaron a las pantallas mazatlecas, pero entre las más exitosas estuvo su interpretación de El Zorro, a pesar de que el Diego de la Vega que se fingía cobarde era demasiado amanerado, ajeno a la hombría exacerbada del enmascarado y por supuesto a lo que décadas después haría el saltimbanqui Antonio Banderas.

No sabíamos aún que alguien tendría la ocurrencia de dar nacionalidad sinaloense, de Él Fuerte, al mítico personaje. El Zorro tiene hasta estatua en ese pueblo mágico.


Todo culterano que se respete debe mencionar al Gatopardo o al Samurai en sus recuentos, pero la raza-raza lo tuvo más presente con algo ajeno al cine. No sus polémicas por el machismo o su homofobia, sino su incursión como voz de fondo en una canción. La cantante francesa Dalida alcanzó un hit mundial con Parole Parole, una canción en que la mujer rechaza a su amante, harta de que sólo le ofrece, pero no respeta la relación, rechazándole los caramels bombons et chocolats.

Detrás del canto, Delon recita apasionadas frases de amor que luego fueron copiadas por intérpretes de diversos países en diferentes idiomas.

Hoy todas estas referencias son desconocidas para el público en general, pero todavía un lustro después de la canción, una amiga ilustrada confesó que no le entendía nada al actor, pero que sí esas palabras se las hubiese dicho a ella, habría dicho que sí, fuera lo que fuera.Entre bromista y esperanzado, recurrí a mis tonos de voz más profundos con trozos de Neruda y de Benedetti, pero sólo sonrió. No es que me hubiera faltado el glamour gutural del idioma francés, era sólo que no era Delon, ni con mucho.

En cambio don Eugenio Garza pudo superar la comparación con sabiduría popular.

Don Eugenio era un esforzado trabajador regiomontano que dio formación universitaria a su ramillete de hijas, una de las cuales, Esperanza, se confesó siempre sujeta al complejo de Elektra. A pesar de esa condición, un día se atrevió a cuestionar en una broma dura, la apariencia física de su padre.

-Chale apá, te ves bien jodido, no aprendes al Alan Delon, que es de tu edad y sigue bien guapo.

Pos sí mi hijita, respondió don Eugenio, echando mano de su mejor y más sincero recurso, “pero es que ese cabrón nunca ha chambiado”.