*Personajes en los raspados de Catedral
*Los mejores: ¿De Concordia o Mazatlán?
Papá Isaías, son los raspados, de 10 sabores, que están a un lado de la Plaza la República, frente a Palacio Municipal y frente a Catedral, por donde han pasado una buena parte de los mazatlecos y muchos sinaloenses que ha probado el deleite de una vieja tradición, desde el entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla hasta el ex alcalde José Angel Pescador Osuna, o artistas como Germán y Poncho Lizárraga, Julio Preciado, El Coyote o Pancho Barraza, han probado la combinación del hielo raspado y esos dulzones jarabes.
Pero también hay tradición en las aguas frescas de los mercados Pino Suárez y de la Juárez, en donde la Refresquería “Carmen”, también tiene su historia, y ahora con los calores, al igual que Papa Isaías con los raspados, aumentan sus ventas de manera notoria. Dicen que son los mismos precios y que también los ricos sabores del agua de Jamaica, de piña, de cebada, de limón y de horchata, entre otros no cambian y menos con un sediento cliente.
Sergio Tiznado, hijo de Papá Isaías, atiende los raspados de Catedral. Dice que siempre ha ayudado a su padre de los 13 años, hoy “Checo”, anda arriba de los 40 años y nos dice que no hay diferencia de los raspados de Concordia, junto a la Iglesia del vecino municipio, con los de aquí; allá el “Chimi” vende bien, pero acá no hacemos mal los raspados.
Pero qué tienen los raspados de Concordia qué no tengan los de Mazatlán?, se pregunta a Sergio.
-“Los de Concordia trabajan el durazno, la guayaba, la fruta de temporada, pero lo que los hace fuerte es la leche quemada a través de un proceso de leche bronca en la lumbre y la van desgastando….Aquí no trabajamos la leche quemada, usamos el sabor de leche que es un preparado de la lechera, vainilla y miel y que es un sabor como a cajeta. Mucha gente que empieza a vender raspados, le pone estilo Concordia…”
Los raspados van desde los 20 a los 30 pesos y los hay de sabores de nanchi, tamarindo, vainilla, piña, fresa, guayaba, ciruela, limón, grosella, pero los más vendidos son la ciruela, tamarindo, vainilla y nanchi y que se les puede agregar el sabor de la lechera.
El “Checo” también nos cuenta anécdotas de quienes olvidan sus cosas personales, desde carteras, documentos y cámaras fotográficas, pero “aquí nada se pierde”.
Nos cuenta que una vez una pareja de jóvenes olvidaron una Cannon nueva, bonita, y llegó detrás una familia que el papá le dijo al hijo, al levantarse, traéte la cámara y el niño contestó: “Pero no es nuestra…” y finalmente se la llevaron, aunque no llegaban a la esquina, allá por Bancomer, contra esquina de Catedral, cuando el dueño verdadero apareció y le dije quienes se la habían llevado y la recuperó, gracias al apoyo de un policía de aquí, de Palacio Municipal.
También la Refresquería de “Carmen” tiene anécdotas y nos dice la propietaria que el agua de limón es la más rica y saludable, incluso que el limón con sal en un trapo sirve para la los dolores de la rodilla.
Así, entre historias y anécdotas, la gente en estos tiempos de intenso calor busca la bebida de su preferencia, entre las aguas frescas, tradicionales de sabores o los raspados al “estilo” Concordia o Mazatlán.