Es cierto que Justin Bieber y Hailey Baldwin son marido y mujer desde septiembre de 2018, y también es verdad que las cosas no han sido tan felices como pudiera parecer en una pareja de recién casados.
El cantante y la modelo dieron una entrevista a la revista Vogue , en la que confesaron que no todo ha sido miel en estos primeros cinco meses de casados.
“El matrimonio es muy difícil”, confiesa la hija del actor Stephen Baldwin. Y justo esas complicaciones se presentaron desde el principio, cuando se fueron a vivir a una casa ubicada a las afueras de Toronto.
Y han tenido problemas de todo tipo, hasta por sus diferencias de opiniones a la hora de decorar su hogar. Tanto es así que a cinco meses, ya toman terapia de parejas.
Otra cosa que les afectó, confiesa Hailey, es que ella se sentía muy sola en esa casa en Toronto. Además, extrañaba a sus padres y sentía que al haberse casado con Justin se había hecho de un millón de rivales.
“Yo rezaba para sentir paz por haber tomado la decisión (de casarse con él). Lo amo mucho, lo he amado por mucho tiempo.
“Trato de hacer esto de la forma correcta, de construir una relación sana. Quiero que la gente sepa eso, venimos de un lugar genuino, pero somos dos jóvenes que estamos aprendiendo sobre la marcha. No voy a mentir y decir que que todo es una fantasía mágica. Siempre será difícil. Es una elección y no la sientes todos los días. No te despiertas todos los días diciendo ‘Estoy tan enamorada y tú eres tan perfecto’. Eso no es lo que significa estar casado.
Otras confesiones
Justin reconoció que aunque desde el principio de su carrera disfrutó del éxito, se sumió en una montaña rusa de excesos de todo tipo del que se siente avergonzado, como por ejemplo, su adicción al Xanax.
“Me descubrí haciendo cosas de las que estaba muy avergonzado, como de ser súper promiscuo. Creo que tomaba Xanax porque me sentía muy avergonzado. Mi mamá siempre me dijo que debía tratar a las mujeres con respeto y eso siempre estaba en mi cabeza mientras estaba haciéndolo (estando con mujeres), así que nunca pude disfrutarlo.
“Las drogas ponían una especie de malla entre lo que estaba haciendo y yo. Se tornó en algo muy oscuro. Creo que hubo veces en las que mi equipo de seguridad venía ya muy tarde en la noche a checar mi pulso y a ver si yo seguía respirando”.
La depresión ha perseguido a Justin en los últimos años. De hecho, debido a eso canceló parte de su último tour Purpose. “Me deprimí mucho durante la gira. No he hablado de esto y todavía estoy procesando muchas cosas de las que no he hablado. Me sentía solo y necesitaba un tiempo para mí”.
De hecho, aún no supera algunas cosas, como por ejemplo, que no sabe en quién confiar. “He batallado contra la sensación de que la gente me usa o que realmente no están ahí para mí, o que los compositores buscan obtener algo de mí y que luego lo usarán en mi contra.
“Uno de mis grandes retos es confiar en mi mismo. He tomado algunas malas decisiones a nivel personal y en relaciones. Esos errores han afectado mi confianza en mi juicio. Ha sido difícil hasta confiar en Hailey. Lo hemos trabajado y es genial”.
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