Aunque la trata es un problema que que no distingue género o nacionalidad, llama la atención que 65% de las víctimas identificadas siguen siendo mujeres y niñas, según El Reporte Mundial de Trata de Personas 2020. La misma fuente refleja que, en comparación con el año 2018, hubo un aumento del 8% en los niños afectados por la trata.
“La identificación de víctimas de trata de personas es difícil, incluso en circunstancias normales. Los principales motivos incluyen el hecho de que las víctimas suelen ser explotadas en entornos ilegales, informales o no regulados (por ejemplo, delitos menores, la industria del sexo, el ámbito doméstico, el cultivo y tráfico de drogas, la agricultura y la construcción); la capacidad del crimen organizado para ocultar sus operaciones, la falta de voluntad de las víctimas de denunciar o su incapacidad para hacerlo; y la limitada capacidad de los organismos encargados de hacer cumplir la ley para detectarlo”, señala el reporte.
En el marco del Día mundial contra la trata de personas, conmemorado el 30 de julio desde 2013, la ONU lanzó una invitación a los y las sobrevivientes de este delito, para compartir sus experiencias con el fin de “lograr la sensibilización de las comunidades, la prevención de la reincidencia, el desarrollo de planes de rehabilitación y la reducción de la extendida impunidad.”
La ONU recalca que continúa trabajando en programas como el Proyecto nacional para fortalecer los albergues, refugios y casas de medio camino que brindan asistencia a las víctimas de la trata de personas en México, la campaña de sensibilización #ManosDignas, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 5, 8 y 16, los cuales incluyen metas para erradicar la trata de personas.
“Se debe colocar a las personas sobrevivientes de trata de personas en el centro de todas las estrategias que se diseñen para contrarrestar este delito y contribuir a la narrativa de vida que cada una de ellas ha pensado para sí misma.” Pues “Una sola víctima es un número demasiado alto”, declara la ONU.