Por Melchor Inzunza
“Soy marxista, de la tendencia Groucho” (Pinta callejera en París, mayo de 1968.)
El 19 de agosto se cumplen 37 años de la muerte de Groucho Marx. El genial humorista estadounidense.
Su epitafio no fue como el que tal vez habría querido “Perdonen que no me levante”, pues en la placa sólo figuran su nombre, las dos fechas del principio y el fin, y la estrella de David.
Woody Allen le dedicó entonces estas palabras: “Groucho es sencillamente único, del mismo modo que lo son Picasso y Stravinsky. Su desvergonzado desprecio por el orden establecido, basado en una falta absoluta de sentimentalismo, hará tanta gracia dentro de mil años como lo hizo entonces. Y por si eso fuera poco, consigue hacerme reír”.
Temprana edad
Julius Henry Marx, hijo de inmigrantes judíos alemanes, había nacido el 2 de octubre de 1890, “a muy temprana edad”, dijo él mismo. No está claro si el apodo de Groucho lo debe a su talante gruñón (“grouchy” en inglés), o a que guardaba su dinero en un “grouch bag” (bolsa salvavidas”).
Protagonista de 18 películas, 14 de ellas con sus hermanos, formó con éstos uno de los grupos más famosos del espectáculo, que hizo reír a varias generaciones.
Además de sus películas –Los 4 Cocos (1929), El conflicto de los Marx (1930), Sopa de Ganso (1933), Una noche en la Opera (1935), Un día en las carreras
(1937) y Locos de atar (1949), etc.–, Groucho logró aún más éxito y fama con su programa de televisión Apueste su vida (1950 -1961).
En México
Improvisación, ironía, irreverencia, humor e insolente comicidad geniales –“mezcla de absurdo y anarquía”–, lo convirtieron en el comediante de sátira social más taquillero y querido del público.
“No estoy seguro –diría él– de cómo me convertí en actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso me he ganado la vida muy bien durante años haciéndome pasar por uno de ellos.”
Groucho, el ácrata que hizo de Marx un apellido de risa, nunca quiso pertenecer a un club o partido que aceptara a gente como él.
Ese ingenioso humorismo lo acompañaba también en la vida real. Como en su visita a México: cuando le informaron que sería recibido por el presidente a las tres en punto, preguntó: “¿Y quién me garantiza que mañana a las tres seguirá siendo presidente?”.
Citas citables
Sus célebres frases son aún citas citables. Hoy rescato algunas.
Disfrútelas usted:
*La televisión es muy educativa: cada vez que alguien la enciende, voy a otra habitación a leer un libro.
*Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.
*Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota, pero no se deje usted engañar, es realmente un idiota.
*Nunca olvido un rostro, pero en su caso haré una excepción.
*Todavía no sé qué me vas a preguntar, pero me opongo.
Del amor
*¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
*No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted, es puramente sexual.
*¿No es usted la señorita Smith, hija del banquero multimillonario Smith? ¿No? Perdone, por un momento pensé que me había enamorado de usted.
*Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas.
*Dices que conociste a John en un ascensor, y mi pregunta es: ¿subía o bajaba? Esto es muy importante porque, cuando bajamos en un ascensor, tenemos una sensación de vacío en el estomago que a veces puede confundirse con amor. En cambio, si subía, se trata de un caso claro de flechazo a primera vista, y también demuestra que John es un muchacho en periodo de ascenso. (Carta a su hija Miriam)
Matrimonio
*Me casé por el juzgado. Debería haber pedido un jurado.
*Cásate conmigo y nunca más miraré a otro caballo. (Un día en las carreras)
*El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.
*El matrimonio es la principal causa de divorcio.
*Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer… Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz.
*¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
*Estaba con esa mujer porque me recuerda a ti… sus ojos, su cara, su risa…De hecho, me recuerda a ti más que tú. (Una Noche en la Ópera)
*¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? – Amo a mi marido. –A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca. (TV, Apueste su vida)
*Es una tontería mirar debajo de la cama. Si tu mujer tiene una visita, lo más probable es que la esconda en el armario. Conozco a un hombre que se encontró con tanta gente en el armario que tuvo que divorciarse únicamente para conseguir donde colgar la ropa.
Política
*La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
*Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.
*No permitiré injusticias ni juego sucio, pero, si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared… ¡Y daremos la orden de disparar! (Sopa de Ganso)
*La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.
*Parad el mundo, que me bajo.
Diversas
–Todo lo que soy se lo debo a mi bisabuelo, el viejo Cyrus Tecumseh. Si aún viviera, el mundo entero hablaría de él.
– (Periodista) ¿Por qué?
– Porque si estuviera vivo tendría 140 años.
*Partiendo de la nada alcancé las más altas cimas de la miseria.
*Es mejor permanecer en silencio y parecer estúpido, que abrir la boca y confirmarlo.
*¿Servicio de habitaciones? Mándenme una habitación más grande.