En el México y el Mazatlán de los contrastes, mientras unos ríen y disfrutan las celebraciones de Día de Muertos, otros más fieles a sus Santos Difuntos, colocan altares con la fotografía y lo que más le gustaba en vida al ser querido, pero para este trabajo sólo nos vamos a limitar a cómo los niños con disfraces y horrorosas máscaras recuerdan estas fechas de difuntos para pedir la “calaverita”.
En la cultura sajona es el Halloween, donde los menores con canasta en mano piden dulces o frutas yendo casa por casa.
Acá en México siempre somos distintos y de esta forma encontramos en el mercado Hidalgo de la colonia Juárez, en el local C-4, todo tipo de máscaras, por supuesto horrendas todas y hasta ropa para parecer un monstruo, aunque muchos no lo necesitan pues sólo con sacar la lengua y voltear los ojos parecen diablos.
Pero, si busca un disfraz véngase a la Juárez y encontrará la calavera de plástico para salir en esas noches de terror, a principios de noviembre, y deambular por las calles en busca de la “calaverita” con el infaltable cántico: ¡Queremos dinero o haremos cochinero!