*Carteros de tres generaciones
*Modernidad no acaba con correos
Jesús Oscar Sevilla empezó de cartero hace 29 años en Mazatlán y ahora realiza, por ascenso tareas administrativas, pero no olvida las cosas buenas y malas que le sucedieron en sus años de repartidor de cartas por toda la ciudad y puerto, desde corretizas de perros hasta la muerte de una persona que se volcó ante sus ojos en una carretera rumbo a Cosalá.
En su bagaje cultural recuerda que el primer correo nació por el año de 1580 en el país y aunque han pasado más de 500 años, Oscar dice que no cree que este sistema de comunicación, pero sobre todo ahora de reparto de paquetes, vaya a desaparecer. Eso sí, en sus expresiones, se queja de los bajos salarios y de que las autoridades de la SCT tienen “olvidado” a este gremio, sobre todo en la infraestructura y mejores remuneraciones.
Reconoce que ha bajado mucho el reparto de cartas, por la modernidad misma, pero no falta quien mande documentos o paquetes.
De lo bonito de este trabajo, Oscar señala que el ser cartero hasta viene de tradición y a veces en tres generaciones: abuelo, papa, tíos e hijos. “Fui cartero dos años y luego me cambiaron a oficinas”, dijo el entrevistado en el marco del 12 de noviembre “Día del Cartero”.
Comentó que de las experiencias bonitas de cartero fue conocer persona, platicar con ellas de todos los temas, incluido un catedrático de la UNAM que resultó ser un nazi y que le habló de la Segunda Guerra Mundial. Fue maestro de historia.
Lo triste, dijo, que ver la muerte de una persona en un accidente en una curva en el Limón de los Peraza al ir a repartir cartas para esa zona rural. Fue un accidente y la persona iba a exceso de velocidad.
Al final en la pregunta del reportero, Oscar manda un mensaje a las autoridades de la SCT para que “volteen al gremio con mejores salarios, equipamiento con motocicletas, uniformes; algunos obtienen unos seis pesos al mes, aunque hay un bono que compensa. Nos sentimos olvidados desde hace tres sexenios y este está peor”.
Rechaza hablar de “salarios miserables”, aunque apunta que están “muy bajos; somos los olvidados de Telecom; los carteros estamos al pie del cañón y vamos a seguir comprometidos con el trabajo”.
