EL PRD: LOS SENTIMIENTOS DE AMBIVALENCIA

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LOS LIBERALES DE IZQUIERDA Y SU CIRCUNSTANCIA.

 

ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ

           

1.- Después de más de 20 años de fundado el PRD, experimenta la misma “esquizofrenia” que a un tiempo es política y moral. Sus militantes más lúcidos han seguido una vía reformista que pretende, golpe a golpe, verso a verso, ir transformando a las instituciones para dejar atrás la república simulada y conformar con el resto de las fuerzas políticas un México moderno, pero en cada coyuntura importante pierden o se tambalea ese pensamiento y estrategia modernista, porque en cada “envite” ceden ante prédica del viejo manual nacionalista/revolucionario, pues su estridencia en las calles y en los mítines los devuelve a la  matriz estatista que creyeron abandonar tras la caída del Socialismo real y los frustrados intentos del chavismo en latinoamérica.

   

            2.- Su retorno a la “salvífica” estatolatría tiene que ver, en primer término, no precisamente porque duden de la pertinencia de su proyecto liberal de izquierda que han adoptado, no sin raspaduras; sino por un pésimo cálculo político: en las elecciones presidenciales y en las revueltas como la que hoy sufren en la ciudad de México y en algunos estados, les conduce a suponer que su universo de simpatizantes se volatizará ante las bravatas escatológicas de sus amigos/enemigos de la “izquierda radical”. Éste es por supuesto un cálculo político equivocado: porque los universos de simpatizantes en los que se recrean políticamente lo constituyen personas y personajes de distintos pareceres y procederes. Y no obstante los militantes del PRD lo desquicia no tener, “en momentos especiales”, 30 mil clientes votando a mano alzada; tanto los desquicia que “olvidan” que sus simpatizantes son personas que prefieren cambiar al país a través de las urnas, es decir, de manera cool.

 

                  3.- Su regreso al pasado contiene también una duda no tan metódica: viven en una permanente incertidumbre sobre la utilidad de su vocación pactista, toda vez que sus “compañeros de viaje” priístas y panistas pueden no incluir sus puntos de vista o peor aún: prescindir de ellos, toda vez que ambos partidos y sus aliados poseen los votos para llevar al cabo las reformas del calado de las que estamos siendo testigos. Esta circunstancia, supongo, les produce una sensación, como ocurrió con mayor potencia en el caso de la ley del servicio profesional docente, de andar flotando en una especie de ambivalencia: se perciben construyendo los acuerdos que genera el  Pacto por México y, a un tiempo, que no son necesarios para que éstos produzcan. Y este sentimiento se convierte en insomnio cuando retroceden a las viejas páginas de la Historia Nacional. Y en ellas encuentran que el “PRIAN” ha descarrilado los diversos intentos de la izquierda por hacerse de la Residencia de la República, y no pocas  veces usando las peores “artes” de la guerra. Y esta revisión histórica les lleva de la mano a una pésima conclusión: que los mantienen en el Pacto… como una especie de cuña para dividir a la izquierda “consecuente” que se bate en las calles defendiendo a  nuestra patria de los embates del “neoliberalismo”.         

 

            4.- Y en esta ambivalencia se convierten en fácil presa de los radicales porque los gobiernos PRD no actúan para evitar sus desmanes. Pero estas autoridades que se convierten en “estatuas de sal” no concitan la gratitud de los productores de la revuelta. Éstos sólo perciben una ominosa debilidad que leen como permiso para ir a fondo porque hagan lo que hagan los hagan al final gozarán de impunidad, como ha ocurrido recurrentemente. Pero este “indulto” a los desmanes produce entre sus gobernados (y millares de ellos simpatizantes del partido en  el gobierno)  un repudio que adquiere las más diversas expresiones, al punto de que muchos de ellos desean que les revoquen el mandato considerarlos no solamente como omisos, sino como aliados de quienes violan sus derechos de tránsito que normalmente los conduce a su trabajo, a su casa, al hospital y… El PRD pierde a sus simpatizantes y no gana un milímetro de gratitud de sus amigos/enemigos a pesar de que se hagan de la “vista gorda”  cuando toman la ciudad, las carreteras y tutti quanti.       

 

            5.- Las reversas y los pasos adelante del PRD, creo que tienen que ver, primero, con la débil tradición liberal que existe dese antaño en México, por más que los libros de historia exalten a esta corriente de pensamiento en los personalidades de Juárez y de Francisco I. Madero; Pero es mayor todavía la debilidad de una corriente liberal de Izquierda, como las que campean en Europa con toda legitimidad, a partir de la caída del socialismo real y aún antes de su colapso. Lo que ha primado en México es un pensamiento estatólatra, al que sólo falta que llegue a dirigir sus destinos un hombre providencial. Pero lo anterior es una carencia que hacer tambalear a izquierda; el otro hoyo negro que la hace trastabillar es la circunstancia mexicana, cuyos usos y costumbres y costumbres clientelares son repelentes a los pactos, a los cuales se les ven, más allá del calibre que sean, como una tentativa de entregar a las “fuerzas corruptoras del mercado” las bienes más preciados de la patria. Y vale decir: que los hay, salinas y los salinistas, por ejemplo, son unos de los especímenes con los que la izquierda liberal tiene librar batallas igualmente significativas. En fin…